Queridos hermanos, en este marco tan lindo, en esta fecha tan sentida para todos, que podamos dar el lugar al niño de Belén y permitirle que Él nazca en nuestro corazón y nuestra vida.
Estamos celebrando la Navidad en circunstancias tal vez felices, o algunas familias en circunstancias dolorosas o muy duras, y en algunos casos un poco y un poco. ¿Qué es lo importante? Sea cual sea esa circunstancia que estén viviendo, poder abrir el corazón para que el Niño Jesús pueda entrar en sus vidas.
La palabra de Dios nos dice, “Cristo es nuestra paz,” esta definición tan clara y contundente de San Pablo; se hace presente de manera particular al celebrar el misterio de la Navidad. Dejen que el niño Jesús pueda nacer en sus corazones, así habrá paz en el corazón, en la familia, en las comunidades, en nuestra ciudad, paz en nuestra Patria.
El niño Dios quiere nacer en sus vidas. A veces corremos el riesgo que estas fiestas de Navidad, marcadas por el fin de año, por acomodar cuestiones de la temporada, por recibir algún pariente que viene a descansar a nuestras costas; nos haga perder de vista que el centro de la Navidad, está en recibir al niño Jesús en nuestros corazones. No se lo pierdan, realmente vale la pena y Cristo dará paz a sus corazones y a sus familias
Que puedan celebra con un corazón dipuesto esta Navidad 2017, abriendo el corazón a Cristo, al Niño Dios, que es nuestra paz. ¡Que el Señor los bendiga a todos!