El magistrado norteamericano murió a los 87 años y por sus problemas de salud se había jubilado y había delegado todas las causas referidas a la Argentina a la jueza Loretta Preska.
El último fallo de Griesa referido a la Argentina fue rever la polémica sentencia del "pari passu" de 2011, que determinó que la Argentina debía pagar la deuda a todos los bonistas con deuda en default con legislación de Nueva York.
Aquel fallo quedó en firme en 2014, cuando la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. no lo trató y la Argentina entró en un nuevo default, tanto con los bonistas a los que no les pagaba como a los que habían ingresado a los canjes de 2005 y 2010.
Cuestionado por muchos analistas argentinos por favorecer presuntamente los intereses de los "fondos buitre", Griesa recién falló en contra de la Argentina 10 años después del default del 2001, cuando entendió que el gobierno de Cristina Kirchner no dejaría abierto una opción de acuerdo para los bonistas que seguían en default.
Sus extensas audiencias en las que preguntaba cada detalle a los abogados de ambas partes quedarán en la historia de la jurisprudencia internacional.
Una vez que el gobierno de Mauricio Macri decidió acordar con los holdouts, Griesa convalidó todos los acuerdos alcanzados entre las partes, a través del mediador Pollack.