El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 6 concedió el beneficio de la prisión domiciliaria al ex jefe de la Brigada de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Ángel Etchecolatz, de 88 años. El represor vivirá en una casa en el Bosque Peralta Ramos.
Como jefe de la policía bonaerense, Etchecolatz estuvo al frente de 21 centros clandestinos de detención. Desde 1986, fue condenado en seis expedientes por crímenes de lesa humanidad, incluidas tres cadenas perpetuas por las causas "Etchecolatz", "Circuito Camps" y "La Cacha", además de la apropiación de una hija de desaparecidos. Tiene, a su vez, varios procesos abiertos.
El defensor oficial Daniel Carlos Ranuschio había pedido el beneficio de a prisión domiciliaria para Etchecolatz por entender que el represor cumple con los requisitos legales, ya que tiene 88 años, y padece diversas enfermedades, como hipertensión arterial, adenoma de próstata -que requiere de caterización permanente- y deterioro cognitivo irreversible. Alegó, entre otras cosas, que es "el geronte con mayor edad en institución carcelaria en todo el ámbito penitenciario federal".
Por otra parte, ofreció como garante en el cuidado de Etchecolatz a su esposa y solicitó -en caso de corresponder- "vigilancia mediante un dispositivo de monitoreo electrónico".
En un fallo que lleva la firma de los jueces José Martínez Sobrino, Julio Luis Panelo y Fernando Canero, el TOC 6 concedió la solicitud de prisión domiciliaria y dispuso que sea llevada a cabo en el inmueble ubicado sobre la calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre guaraníes y Tobas, Bosque Peralta Ramos, Mar del Plata.
De acuerdo a la disposición del tribunal, Etchecolatz será trasladado hasta ese domicilio "por intermedio del Servicio Penitenciario Federal, siempre y cuando no se encuentre detenido con prisión efectiva a disposición de otro órgano jurisdiccional".
Este último punto es fundamental. El fallo cita, una por una, todas las causas en las que Etchecolatz está condenado y procesado, pues en todas le concedieron la prisión domiciliaria. Por ende, este fallo era el último escollo para que el ex policía deje la prisión y cumpla sus penas en una vivienda particular de la que sólo podrá salir de forma excepcional por razones de urgencia médica.