Las naftas y el gasoil subirían cerca de 5 por ciento en los próximos días.
Las petroleras aguardan a que se estabilice el tipo de cambio para aplicar un nuevo aumento, el primero de 2018, sobre naftas y gasoil, el cual rondaría el 5 por ciento. Tras la liberación que dispuso el Gobierno para que las compañías sean las que definan los precios al público, que deberán estar en función del valor del dólar frente al peso y de la cotización internacional del crudo de referencia para el mercado argentino (Brent), se aguarda por una nueva remarcación.
Sin embargo, la volatilidad que tomó la divisa estadounidense tras el anuncio oficial de fracaso de la metas de inflación le sumó tensión al mercado y las petroleras no quieren subir menos los precios que lo que termine por escalar el dólar.
La primera en aplicarlo será YPF, por ser líder en el mercado en despacho de combustible, y la seguirá el resto de las empresas. El último ajuste fue el 2 de diciembre y cerró el 2017 con incrementos de entre 30 y 35 por ciento promedio. Desde ese momento el barril de petróleo Brent del Mar del Norte acumula en un mes un alza de 4,8 por ciento, mientras que el dólar avanzó 7,8 contra el peso. El litro de super de la petrolera estatal pasaría de 22,66 a 23,79 pesos.
El aumento en naftas y gasoil probablemente sea el primero de un raid de ajustes que continuará en lo inmediato con las tarifas de servicios públicos (gas y luz), trenes, colectivos y prepagas. Estos sacudones tendrán un alto impacto en el bolsillo de la población, aunque el equipo económico de Cambiemos anunció la semana pasada que la suba objetivo de precios minoristas logrará contenerse en torno al 15 por ciento, cinco puntos por encima de lo previsto por los mismos funcionarios en la ley de Presupuesto para este año (entre 8 y 12 por ciento).
Las petroleras tienen todo listo legalmente para que lleven a cabo el aumento sin necesidad de autorización previa pero la situación de inestabilidad cambiaria los condiciona a elegir el mejor momento. Ayer entró en vigencia la eliminación del registro de importación de petróleo y combustibles, una medida que completa la desregulación plena del mercado local. Las empresas tendrán la libertad de fijar los precios según sus costos y sus políticas comerciales, e incluso decidir abastecer al mercado mediante la importación. Esto último implica la posibilidad de comprar crudo en el mercado internacional e incluso distintos tipos de combustibles según conveniencias de costos y comerciales, bajo la premisa de hacer un mercado más competitivo.
Regulado o no, el precio de los combustibles fue uno de los que finalizó por encima del promedio de inflación, que el año pasado habría terminado en torno al 23 por ciento. En 2017 el litro de nafta súper aumentó 32,6 por ciento en el año; el de la premium, 35,5; gasoil, 28,6 y el diesel premium, 29,8. Los precios de los combustibles para YPF y Shell, que en conjunto representan el 75 por ciento del mercado local, actualmente se ubican para la nafta súper en 22,66 y 23,44 pesos respectivamente; la Premium, en 26,15 y 26,81; el gasoil, en 19,99 y 20,85 y el diesel mejorado, en 23,18 y 23,79.
"Es el segundo combustible más caro de Latinoamérica, detrás de Uruguay", había detallado el mes pasado Carlos Gold, titular de Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina.