Los empleados dijeron que no pueden trabajar en esas condiciones. El defensor del Pueblo, Walter Rodríguez, solicitó una pronta solución al problema.
Rodríguez recorrió las instalaciones donde funciona la dirección de derechos Humanos de la municipalidad. Se trata de un lugar donde nadie puede trabajar por los malos olores y las condiciones edilicias.
La dirección que está a cargo de Sonia Rawicki funcionaba en la Plaza del Agua. Sin embargo el ejecutivo municipal tomó la decisión de trasladarla a un edificio perteneciente a Obras Sanitarias (OSSE) ubicado en Magallanes y Avenida de los Trabajadores.
“Se trata de un lugar donde OSSE recibe efluentes y se descargan camiones atmosféricos”, dijo el defensor y agregó que “cualquiera puede imaginarse los olores con los que tienen que vivir día a día los trabajadores”.
Además, en el lugar tampoco tienen espacio para llevar adelante las instancias de mediación con las cuales trabaja la oficina ni para tomar las denuncias, una tarea que muchas veces debe hacerse en un espacio donde se le pueda asegurar intimidad al vecino por el tipo de tema que va a denunciar.
Tras mencionar que la puerta también está rota dado que donde debería ir un blindex hay una madera, Rodríguez manifestó que “no es una oficina de derechos humanos, es una oficina de derechos inhumanos. Los empleados no pueden trabajar en las condiciones en que está el edificio. Tampoco lo merecen. Por eso pedimos la pronta solución a este grave problema que han generado”.