Con un rendimiento interesante en la primera media hora de juego, hasta que llegó a la ventaja de la mano de una verdadera “joya” de Marcos Litre, con autoridad en el resto del partido y con chances de golear en el final, Alvarado redondeó una buena actuación, le ganó a Rivadavia de Lincoln por 2 a 0 y se clasificó a la próxima instancia de la Copa Argentina, con un global de 2 a 1.
En la próxima instancia, el conjunto de Mauricio Giganti enfrentará a Sansinena de General Cerri, que eliminó a Villa Mitre de Bahía Blanca.
Lo que fue un día bárbaro por la contratación de Hernán Gautier y la confirmación de la llegada de Walter Erviti, Alvarado lo completó con un buen trabajo frente a Rivadavia, un nivel que ha ido de menor a mayor durante la pretemporada y un plantel que ilusiona, con variantes y con muchos jugadores en buen nivel de cara al gran objetivo del semestre. La gente se fue contenta del Minella, sobre todo por lo hecho en la primera mitad, donde el “torito” fue ampliamente superior a un rival que vino a jugar con la ventaja obtenida en la ida, enfrió el partido y trató de aprovechar la desesperación del local. Sin embargo, en ningún momento se apuró, buscó los mejores caminos y se cansó de generar situaciones de gol que no supo cristalizar para abrir el marcador más rápido de lo que lo hizo.
Litre lo tuvo antes del minuto pero no pudo controlar, Lucero remató demasiado alto una buena maniobra de Caro que no se animó a definir y Mantia se apresuró cuando tenía tiempo de pararla y definir. Todo eso, en apenas 12’ de juego, donde ya merecía abrir la cuenta. Ahí, Alvarado se tomó un respiro, siguió manejando la pelota pero sin tanta profundidad, hasta que volvió a acelerar y otra vez llegó hasta las narices de Starópoli. El arquero le ganó a Litre que remató sin fuerza, incómodo, y el rebote le quedó a Molina que en su afán de “romperle” el arco la tiró a las nubes. Hasta Palisi se animó a probar de afuera la seguridad del “uno”. Hasta que llegó lo que venía mereciendo desde hace rato: Saucedo encabezó el ataque por el centro, abrió a la izquierda para Molina que sacó el centro bajo y Marcos Litre la paró, se le levantó y sacó de la galera una chilena fantástica, para dejar parado al arquero visitante y festejar el 1 a 0 que le daba tranquilidad y le aseguraba, al menos, los penales.
Con el gol, Alvarado se tranquilizó y ya no rompió tanto como antes. Con la desventaja, Rivadavia se animó un poco más y se acercó sin demasiado riesgo al arco de Juan Francisco Rago que cuando lo llamaron a intervenir respondió con seguridad.
El complemento mostró otra cara de Alvarado. No tan preciso y dejando espacios para las corridas de Visser y Altolaguirre. El exUnión tuvo una clara en un mano a mano con Martínez, lo superó, pero el chaqueño se recompuso y llegó a cortar de manera milagrosa cuando estaba por rematar. Situación similar se vivió con el otro delantero, que parecía que le ganaba la carrera a Paulucci que se estiró con todo y alcanzó a tapar el remate para mandar al córner.
Alvarado manejaba la pelota pero no lastimaba. Hacía todo bien hasta el área de Starópoli, pero no lograba poner a un delantero de cara al arquero y los envíos de los costados ya no llegaban con tanta precisión. La ventaja era exigua y no alcanzaba para definir la serie, por lo que había expectativa y nerviosismo en un Minella con un muy buen marco. Susvielles por Albarracín y Urquiza por Saucedo fueron las dos variantes que introdujo Giganti para intentar liquidar la historia. Y le dio resultado a los 35’, cuando otra vez el equipo había inclinado la cancha, Molina ganó un córner por izquierda y se hizo cargo de la ejecución al primer palo, donde fue Joaquín Susvielles con su sed de goleador para meter el frentazo letal, inatajable, que le dio el 2 a 0 que lo depositaba directamente en la próxima fase.
Rivadavia intentó salir y preocupó más por la situación de que cualquier pelota aislada podía costar muy caro, que por la claridad con la que atacó la visita. Por el contrario, en los minutos finales, Alvarado tuvo dos ocasiones clarísimas para convertir y las desperdició, lo que generó un dolor de cabeza en el entrenador y la gente, porque no terminaba de sentenciar la serie. Susvielles y Litre en la primera, y el exVilla Mitre en el cierre, cuando tenía a Mollo solo para empujarla, le pusieron dramatismo al resultado. Pero la visita no tuvo argumentos futbolísticos en ningún momento para lastimar y tampoco lo iba a hacer en el final. Fue triunfo, clasificación y el fin de un día redondo para Alvarado, que mostró una buena versión, que tiene todo el plantel a disposición, que se reforzó para jerarquizar al equipo y que está compenetrado en un solo sueño: el ascenso a la B Nacional.
-Síntesis-
Alvarado (2): Juan Francisco Rago; Matías Caro, Federico Paulucci, Gastón Martínez y Tomás Mantia; Martín Palisi; Gonzalo Lucero, Pablo Saucedo y Francisco Molina; Marcos Litre y Wilson Albarracín. DT: Mauricio Giganti.
Cambios: ST 19’ Joaquín Susvielles por Albarracín, 29’ Emanuel Urquiza por Saucedo y 35’ Nicolás Mollo por Lucero. .
Rivadavia (Lincoln) (0): Agustín Starópoli; Emanuel Assandri, Carlos López Quintero, Luciano Vargas y Lucas Macías; Juan Manuel Tolosa, Eric Véliz, José Paradela y Facundo Graziano; Brian Visser; Hernán Altolaguirre. DT: Fabio Schiavi.
Cambios: ST 35’ Pablo Lábbbate por Paradela, 37’ por Emiliano Perujo por Tolosa y 41’ Tomás Uvilla por Macías.
Goles: PT 30’ Litre (A); ST 35’ Susvielles (A).
Árbitro: Fernando Marcos, de Bahía Blanca.
Estadio: José María Minella.
Resultado global: Alvarado 2 – Rivadavia de Lincoln 1
Foto: Gentileza Pato Celano