En la misa que marcó el inicio de la Semana Santa, el Papa Francisco pidió que en la Iglesia haya "curas callejeros" que "caminen en medio de su pueblo" y que "estén cerca de los creyentes y de los no creyentes".
Durante la homilía, Francisco señaló que la cercanía es mucho más que una "virtud particular", es una actitud "que involucra a la persona entera, a su modo de vincularse, de estar a la vez en sí mismo y atento al otro", "una actitud clave en el Evangelio".
"Cuando la gente dice de un sacerdote que 'es cercano' suele resaltar dos cosas: la primera es que 'siempre está' (...). Y otra es que sabe encontrar una palabra para cada uno. 'Habla con todos', dice la gente: con los grandes, los chicos, los pobres, con los que no creen... Curas cercanos, que están, que hablan con todos... Curas callejeros", apuntó.
"Al sacerdote cercano, ese que camina en medio de su pueblo con cercanía y ternura de buen pastor no es que la gente solamente lo aprecie mucho; va más allá: siente por él una cosa especial, algo que solo siente en presencia de Jesús", afirmó. "Estén cerca de la gente, creyentes y no creyentes"; les pidió el pontífice a los obispos que lo acompañaron.
En esa misa Crismal, que celebró en la basílica de San Pedro del Vaticano, El Papa valoró que la cercanía es "la clave de la verdad".
"La verdad no es solo la definición que hace nombrar las situaciones y las cosas a distancia de concepto y de razonamiento lógico. No es solo eso. La verdad es también fidelidad, esa que te hace nombrar a las personas con su nombre propio, como las nombra el Señor, antes de ponerles una categoría o definir 'su situación'", valoró.La misa Crismal marca el comienzo del Triduo Pascual y se celebra el Jueves Santo, día en que se conmemora la institución de los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal por Jesucristo durante la Ultima Cena, según la tradición cristiana.
La homilía en esa misa Crismal está dedicada siempre a una reflexión sobre la labor sacerdotal y durante el rito los sacerdotes renuevan las promesas (pobreza, castidad y obediencia) y se bendicen los óleos que se utilizan para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal.