El viernes a las 15, puntual, comenzó la celebración presidida por monseñor Gabriel Mestre, junto al párroco del templo mayor, el presbítero Ariel Sueiro, los vicarios, el diácono, seminaristas, y centenares de fieles que se acercaron para esa celebración.
Durante la homilía, monseñor Mestre hizo alusión a dos frases bíblicas que se leen en la liturgia de hoy. “Dice la lectura ‘Sus heridas nos han sanado’ conectando así la muerte del Señor con la sanación y la salvación que nos viene de Dios. Contemplamos en esta celebración, marcada por un clima lúgubre, de tristeza, con signos fuertes que hacen referencia a la tiniebla y a la muerte; las heridas del Señor, el camino de la cruz, contemplamos su Pasión, su muerte. Pero profundamente conectado a lo que vivimos hoy. el mandamiento del amor que celebrábamos ayer con la luz de la resurrección que celebraremos mañana a la noche y el domingo todo el día”.
“La cruz del Señor tiene sentido desde la perspectiva del amor de entregar su vida a la muerte, para salvarnos, para perdonarnos, para sanarnos. Contemplamos el misterio de la cruz asociada a la obediencia, y a la muerte que nos salva, nos sana y nos libera. Esto es la redención. En términos pragmáticos, si me permiten, es tener la capacidad de hacer del sufrimiento algo útil; las heridas de Cristo nos salvan, nos sanan nos liberan. Salvación, salud, rescate, vida, vida en abundancia: ‘Sus heridas nos han sanado. Nosotros débiles y pecadores, por la gracia de Dios, aprendamos a asociarnos a la pasión del Señor. El buen discípulo, sabe presentar sus cruces al Señor y de tal manera quedamos asociados místicamente a la pasión del Señor y somos invitados a hacer de nuestro sufrimiento algo útil”.
Luego explicó, “qué lindo ofrecer este pequeño o gran sufrimiento que tenés en tu vida, y quedar asociado así a la Pasión de Cristo. Esa enfermedad, ese problema laboral, esa situación de desunión familiar, preséntasela a Jesús, hoy y siempre. ‘Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo Jesús’, dice San Pablo en la carta a los Colosenses. No nos apartemos del camino de la fe cuando el sufrimiento toca nuestra parte, no buscarlo en sí mismo, ni escaparnos; miremos de frente el sufrimiento que aparece en el horizonte de nuestra vida con Jesús, por su poder y por su gracia abracemos esa cruz, y colaboremos místicamente, en la Pasión del Señor como San Pablo nos recuerda”.
Finalmente, resumió “Que podamos asumir el 'Viernes Santo' de nuestra vida, que lo hagamos desde el mandamiento del amor, con el horizonte de la Resurrección y profundamente abrazados a la cruz del Señor”.
Actividades del obispo durante el sábado Santo y el Domingo de Pascua
El sábado Santo, 31 de marzo, la Vigilia de Pascua en la Catedral comenzará a las 21, donde a través de diversos signos se expresa la alegría y el gozo de la resurrección de Jesucristo. Monseñor Gabriel Mestre bendecirá el fuego nuevo, preparará el cirio pascual y el lucernario, habrá una extensa liturgia de la palabra, y se realizará la liturgia del agua bautismal.
El domingo de Pascua, el obispo presidirá la eucaristía a las 10 en la parroquia Cristo Resucitado, ubicada en la periferia de la ciudad, en el barrio El Martillo, precisamente en Nápoles y Friuli ahí entronizarán una imagen de Cristo Resucitado. Por la tarde, también celebrará la misa de Pascua en la Catedral a las 19.