En el fallo, no hicieron lugar a la hipótesis de la defensa respecto a que la adolescente disparó de forma involuntaria.
Además, la Justicia consideró que Galarza y Pastorizzo mantenían una relación de pareja y no ocasional, como planteó la defensa de la acusada. Así, la sentencia fue por "homicidio calificado".
El crimen de Fernando Pastorizzo, de 20 años, ocurrió el 29 de diciembre de 2017 y Galarza, que primeramente dio su versión de los hechos, confesó horas más tarde haber sido la autora de los disparos.
La joven había dicho que los disparos fueron cometidos con el arma reglamentaria de su padre, que es efectivo de la Policía de la provincia de Entre Ríos. Sin embargo, en una segunda declaración dijo que había sido su novio el que había tomado el arma y que los disparos los había hecho en forma accidental.
Tanto la fiscalía como la querella habían pedido la pena de "prisión perpetua", mientras que la defensa requirió una condena con un máximo de cinco años de prisión por "homicidio culposo".
Desde el lado de la querella se apuntó a que el crimen fue premeditado, mientras que lo fiscales argumentaron el agravante de la relación sentimental que habría unido a la victimaria con la víctima.
En cambio, los defensores de la joven de 19 años señalaron que se trató de un hecho accidental que se produjo en un contexto de violencia de género.
Nahir Galarza, en su declaración, dijo que se le nubló la mente en el momento en el que realizó los dos disparos con los que mató a su novio de 20 años.