“Trabajamos con materiales que otros consideran descartables, primero por el momento económico personal pero además porque queríamos transmitir que una obra puede ser buena sin importar soporte. Por ejemplo, las cajas de ravioles que usamos también tienen que ver con el hambre, pero todo sin amargura”, explica Arigós,

“La muestra surgió como una forma de despegarnos de esta realidad tan triste y todo lo contrario, “Serendipia”, atravesadas en toda la obra por lo que fue pasando, por la realidad”, apunta Stringhini

“Las dos trabajamos sobre cada obra, nos juntábamos para pintar o nos intercambiábamos las piezas, y lo importante de esta exposición es el mensaje de lo colectivo, de la solidaridad, de la construcción de la trama, la amistad, dejamos de lado el individualismo, los celos. Todo está trabajado entre las dos, ni la firmamos”, concluyeron.

De la muestra Javier Chiabrando señaló: “A veces olvidamos que el arte que no cambia algo, aunque sea mínimo, no vale gran cosa. “Sólo existe lo que obra”, dijo Unamuno. Las obras importantes son las que cuestionan, enfurecen, desestabilizan. Serendipia, de Laura Stringhini y Alicia Arigós busca, muy deliberadamente, que al menos por esta noche, no duermas bien. Porque esos ojos que te interpelan, y que como diría Machado, “…no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve”, están para recordarte que tu entorno está construido de deudas pendientes. Rigel, aborto, violencia, las Madres, están ahí, en la obra como en la vida. De las cualidades técnicas de estas obras no es necesario decir mucho, están a la vista. De sus otros valores voy a decir que son obras indispensables porque son capaces de cambiar algo, incluso de cambiarnos a todos”.