El procedimiento fue coordinado por efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de la ciudad balnearia, quienes lograron capturar al presidiario tras irrumpir en su vivienda del barrio Florencio Sánchez.

La pesquisa del caso, que incluyó seguimientos encubiertos, toma de fotografías y filmaciones, permitió probar que el hombre había transformado su casa en un "búnker" para comercializar estupefacientes a toda hora del día. Cuando una comitiva policial irrumpió en esa propiedad, el sujeto logró descartar parte de la cocaína por el inodoro; no obstante, se logró incautar 200 envoltorios preparados para la venta, droga sin fraccionar y elementos utilizados para el “estiramiento” de la sustancia.

El imputado cumple una condena por infracción a la Ley 23.737 que tramita en la justicia federal, gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria y al momento de su detención tenía puesta una pulsera de seguimiento. Asimismo, se supo que varios integrantes de su familia cuentan con antecedentes por tráfico de estupefacientes.

La investigación de este hecho fue dirigida por los fiscales de la Unidad Temática de Drogas Ilícitas, a cargo de Leandro Favaro y María Daniela Ledesma.