El Vaticano y la República Popular China han alcanzado un acuerdo sobre el nombramiento de obispos en el país asiático con el objetivo de "favorecer un proceso de diálogo institucional, frecuente y avanzado", según anunció la Santa Sede en un comunicado.
Se trata de un acuerdo pastoral y no político pero en cualquier caso es un acercamiento histórico entre ambos Estados cuyas relaciones diplomáticas están rotas desde 1951.El portavoz de la Santa Sede, Greg Burke, explicó que el acuerdo firmado "no es el final de un proceso" sino "el comienzo" e insistió en el que objetivo "no es político sino pastoral" y que permitirá a los fieles en el país asiático "tener obispos que están en comunión con las autoridades chinas".
En 1951, dos años después de la fundación de la República Popular China por parte de Mao Zedong, Pekín rompió relaciones con la Santa Sede. Desde entonces en China los más de 12 millones de católicos están divididos entre quienes pertenecen a la Asociación Patriótica Católica, controlada por el Gobierno asiático, y quienes reconocen la autoridad del Papa y del Vaticano, la llamada Iglesia clandestina, que no está autorizada formalmente para ejercer en el país.
El Gobierno de Pekín se encarga del nombramiento de los obispos sin el consentimiento del Vaticano, lo que ha provocado tensiones desde hace más de medio siglo.Los detalles del acuerdo firmado este sábado entre el subsecretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Antoine Camille, y el viceministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Chao, no han sido hecho públicos.
No se conoce por tanto cómo se llevarán a cabo los futuros nombramientos episcopales pero se prevé que el acuerdo permita a Roma intervenir en la elección de sus representantes en el país asiático a la vez que garantizaría ciertas concesiones al Gobierno chino. De este modo, tanto las comunidades católicas locales como el Gobierno chino y la Santa Sede tendrán un papel fundamental en el proceso de elección de los obispos. El primer paso concreto en este acercamiento mutuo ya ha sido dado.
El papa Francisco ha reconocido a ocho obispos que habían sido nombrados por las autoridades chinas sin el consentimiento del Vaticano, entre ellos a monseñor Antonio Tu Shihu, que falleció en 2017 y que antes de morir expresó su deseo de ser legitimado por Roma.
Según anunció la Santa Sede, el pontífice espera que con esta decisión se puedan "superar las heridas del pasado" y se favorezca "la comunión plena con Roma de todos los católicos chinos".