cifra significa que entre 2015 y 2018 los aumentos del sector fueron de 25% por encima de la inflación acumulada, de acuerdo al informe del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, basado en un relevamiento sobre más de 120 drogas de consumo masivo en función al precio de venta de remedios a consumidor final.

De hecho, las alzas más pronunciadas se dieron entre medicamentos para las tiroides (+320), ansiolíticos (+317%), analgésicos antiespasmódicos (+299), hipocolesterolemiantes (+254%), corticosteroides (246%) y broncodilatadores (+229%).

Lo mismo ocurre con respecto a los genéricos, con aumentos acumulados de hasta un 190% en los últimos tres años, como es el caso del Clonazepam y otras drogas con incrementos menores como sucede con el Propinox (+165%), el Ibuprofeno (+157%), la Amoxicilina (+154%) y el Omeprazol (+149%).

“Esto constituye un claro factor de perjuicio para un estrato de la población -en especial de adultos mayores que muchas veces se ven imposibilitados de hacer frente a los incrementos, en un contexto macroeconómico en donde la inflación no da tregua y, en particular, en un entorno en el cual aumentaron notablemente, además, los precios de los servicios públicos y los alimentos”, precisaron los investigadores.

En tal sentido, apuntaron que “más del 15% de los productos de nuestro relevamiento sufrieron un descenso de cobertura por parte del PAMI” y argumentaron: “En cierto grupo de riesgo de adultos mayores, como son aquellos con patologías depresivas, la afectación es de casi un 50% de incremento por quita de cobertura”.