El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el año pasado, fue condenado a 12 años y 11 meses de cárcel en otro caso por delitos de corrupción y lavado de dinero.
Lula (2003-2010) ya cumple condena desde el 2018 por otro caso de corrupción, después de que la Justicia diera por comprobado que recibió un apartamento en una playa de San Pablo a cambio de sobornos.
En este nuevo caso, Lula fue hallado culpable de ser favorecido por las empresas OAS y Odebrecht con obras hechas en una propiedad rural que frecuentaba ubicada cerca del municipio de Atibaia, en el estado de San Pablo.
La jueza Gabriela Hardt, quien sustituyó a Sérgio Moro, condenó también a los empresarios Marcelo Odebrecht (cinco años y cuatro meses) y Emílio Odebrecht (tres años y tres meses), a Leo Pinheiro, ex presidente de OAS (un año y siete meses).
También recibieron penas el dueño de la casa de campo, Fernando Bittar, el responsable de las obras, José Carlos Bumlai, y cuatro personas más, informó el diario Folha de Sao Paulo. El fallo puede ser apelado.
El pago de las obras en la propiedad por parte de Odebrecht fue revelado en enero de 2016 por el diario Folha de Sao Paulo.
Bittar, un viejo amigo de la familia de Lula, cedió temporalmente la propiedad al ex presidente en 2010 para que pudiera disfrutarla con su familia.
No obstante, según la Justicia, pese a no ser el propietario de la casa de campo, Lula se benefició ilegalmente de las reformas en la misma por parte de empresas que fueron favorecidas en su gobierno con contratos amañados con la petrolera estatal Petrobras.
"Es un hecho que la familia del ex presidente era una frecuentadora asidua el inmueble, así como que lo usufructuó como si fuera una donación", escribió Hardt en la sentencia.
Para los fiscales, Lula "capitaneó un esquema criminal" y, "de modo consciente y voluntario", ocultó el origen del dinero usado para las obras de ampliación de la propiedad.