La iniciativa israelí para enviar una sonda a la Luna tuvo el peor desenlace.
El artefacto espacial sufrió una falla en su motor y se estrelló con la superficie lunar durante el descenso, causando la destrucción del proyecto.
"No lo conseguimos, pero definitivamente lo intentamos", dijo su impulsor, Morris Kahn, en un video desde el centro de control cerca de Tel Aviv.
De haberse consumado el alunizaje de esta sonda, la primera desarrollada por una organización privada, Israel se hubiera convertido en el cuarto país que lo lograba tras Rusia, EEUU y China.
"Creo que el logro de llegar a donde llegamos es realmente tremendo, creo que podemos estar orgullosos", dijo Kahn.
Durante la transmisión, se pudo escuchar al personal de control diciendo que los motores para ralentizar el descenso de la nave y permitir un aterrizaje suave habían fallado y se había perdido el contacto con la sonda.