Tal como lo anticipó Cazador de Noticias, afiliados al Sindicato de Cadetes, Motoristas y Mensajeros (Sicamm), volvieron a demostrar su "preocupación" por la problemática que genera en la ciudad las aplicaciones de deliverys "que ofrecen trabajado de manera poco legal".
Concretamente, el Sicamm instaló una carpa frente al palacio municipal de General Pueyrredon para visibilizar ésta situación y, con el apoyo de la CGT de ésta región, comenzó a llevar adelante un relevamiento de 100 horas que tiene como objetivo (posteriormente) ser expuesto en el Concejo Deliberante.
La metodología es una carpa instalada frente a la comuna donde se escucha y se certifica toda las problemática que tienen los trabajadores del sector, dentro de la cual se encuentran las aplicaciones Glovo y Pedidos Ya.
El secretario general del Sicamm, Cristian Grobas, ya había mostrado preocupación en éste portal y en su momento realizó un reclamo ante el Concejo Deliberante y el propio Departamento Ejecutivo solicitando "celeridad" para "hallar instrumentos de seguridad que nos permitan trabajar en paz" en una actividad que últimamente ha crecido mucho.
Desde el gobierno municipal, quién se había hecho eco de la preocupación del Sicamm fue el propio titular de la Subsecretaría de Transporte y Tránsito, Claudio Cambareri, que ya había dejado en claro que el trabajo de deliverys que responde a algunas aplicaciones para el traslado de alimento "debe ser reglamentado y controlado" y había sostenido que, de esa manera, se estará velando "por la seguridad y salubridad" de los marplatenses.
Por entonces, en diálogo con el periodista Ruben Ferrari, el funcionario había sindicado el encuadre legal y laboral de Glovo y Pedidos Ya (Rapi aún no está en la ciudad), al manifestar que "primero que no están habilitadas, ni sus vehículos, para el transporte de alimentos. Entonces, lo que estamos haciendo junto a Bromatología es regular los marcos para que todos aquellos que están trabajando como deliverys pasen los recipientes que trasladan alimentos a un control", había afirmado Cambareri.
El mismo Cambareri había resaltado que si bien la idea “no es prohibir” sí se debe ver "de qué manera lo podemos reglamentar porque hay una necesidad de controlar”.