El expresidente peruano Alan García , quien se suicidó el miércoles de un disparo en la cabeza cuando iba a ser detenido por un caso de corrupción vinculado a la empresa brasileña Odebrecht , les dejó una carta a sus seis hijos que fue leída en su velorio.
"Les dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros, una señal de orgullo. Y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse", había escrito el exmandatario.
Según publicó el diario El Comercio, su hija Luciana García Nores fue quien leyó la carta en voz alta en el velatorio llevado a cabo en la Casa del Pueblo, sede central del Partido Aprista Peruano (APRA), en la ciudad de Lima.
La carta comienza con García refriéndose a su papel como político y miembro del aprismo. "Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento", asegura el ex presidente.
"Por eso y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones", prosigue.
Luego detalla como "en este tiempo de rumores y odios repetidos" pudo ver cómo "se utilizan los procedimientos para humillar, vejar y no encontrar verdades".
Alan García continúa diciendo que por muchos años se situó "por sobre los insultos" y subrayó que "el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era muy inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias".
"He visto a otros desfilar esposados exhibiendo sus miserias, pero Alan García no tiene porqué sufrir mas injusticias", agrega.
Por último, señala que deja su cadáver "como una muestra de mi desprecio a mis adversarios, porque ya cumplí la misión que me propuse".