Bajando una de las rampas que permiten el acceso a la playa, dos perros feroces la atacaron y le mordieron las piernas y las rodillas.

“Después de luchar tanto por 20 minutos y tirarle una botella de agua que llevaba conmigo, se calmaron y se fueron”, detalló y agregó que cuando termino esa lucha “caí casi desmayada y se acercó un maratonista a preguntarme si quería una ambulancia y le dije que era demasiado tarde, porque nadie me había querido dar ayuda cuando me vieron que me estaba atacando”.

Hoy, Cristina permanece internada en el sanatorio Belgrano donde le suturaron las piernas y le sacaron radiografías del cuerpo. Cuenta que los perros “parecerían no tener dueños porque vinieron de un escondite y no había nadie que estuviese con ellos”.

En medio de lágrimas, confesó que no quiere que vuelva a pasar. “Si esto le pasaba una criatura, hoy no lo contábamos y yo tampoco. Soy fuerte y no me tiraron porque si lo hacían no se qué hubiese pasado”.