Fue aprehendido en un hotel alojamiento de la ruta 88 mientras estaba con su novia y le encontraron una pistola 9mm. El individuo fue trasladado a la cárcel de Batán.
Es el principal sospechoso de haber ultimado con la vida Ariel Ricardo Rodríguez, el joven de 21 años que recibió un balazo en el abdomen el pasado domingo a la madrugada en el barrio las Canteras, fue detenido este lunes a la tarde en un hotel alojamiento de la ruta 88.
Se trata de Emiliano Gavilán de 22 años, al cual la policía le encontró y secuestró un arma de fuego descargada. Según sospechaban los investigadores, el acusado iba a entregarse en las próximas horas en Tribunales.
Sin embargo, el personal policial de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, en conjunto con efectivos de la comisaría quinta, lo encontró junto a su novia en el Hotel Pinohue. Tras detenerlo, los uniformados se incautaron de una pistola calibre 9 milímetros sin municiones, y luego notificaron al fiscal del caso, Leandro Arévalo.
El investigador ordenó que Gavilán fuera trasladado a la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, imputado por el delito de “homicidio”, y lo citó a declarar este martes en Tribunales.
El crimen de Ariel Ricardo Rodríguez se produjo en horas de la madrugada del domingo pasado en el barrio Las Canteras. Poco antes de las 6 de la mañana, el 911 recibió llamados de vecinos de la zona que aseguraban haber escuchado disparos en Jacinto Peralta Ramos y Catriel.
Ante esta información, un móvil policial fue hasta el lugar y al llegar encontró a Rodríguez tirado en el suelo, con una herida de arma de fuego en el abdomen.
Al ser entrevistado por la Policía, Rodríguez aseguró que conocía a la persona que le había disparado, pero que no diría su nombre ya que pretendía “encargarse él mismo” de lo que había ocurrido.
Al llegar al nosocomio, Rodríguez fue conducido directamente al quirófano, donde minutos después, y a pesar de los esfuerzos de los médicos por salvarlo, falleció como consecuencia de la gravedad de las lesiones que había sufrido.
Al tomar conocimiento del hecho, el fiscal Arévalo encuadró el crimen en un claro caso de ajuste de cuentas, cuyos motivos aún no fueron esclarecidos. Horas después, la policía identificó al principal sospechoso y se estableció que estaba pronto a entregarse. Sin embargo, supieron primero de su paradero y finalmente lo detuvieron con una órden firmada por la Justicia de Garantías.