Lo dijo el obispo Gabriel Mestre frente a los miles de fieles que participaron en la Misa al concluir la 46 Marcha de la Esperanza en Mar del Plata.
Miles de marplatenses se sumaron este sábado a la tradicional Marcha de la Esperanza que organiza el Obispado desde hace 46 años, inaugurada por Mons Pironio, y que se viene realizando ininterrumpidamente. La marcha de los fieles comenzó en la gruta de Lourdes y finalizo en la Catedral, en su recorrido se detuvieron en distintas parroquias de la ciudad para recibir el cálido afecto y el apoyo de los devotos de casa iglesia
El padre obispo Mestre encabezó todo el recorrido y en la Misa de clausura de la 46º Marcha de la Esperanza, celebrando la Fiesta de la Inmaculada y abriendo el Año Mariano para la Diócesis, hizo referencia al lema convocante de este año: CON MARÍA SERVIDORES DE LA ESPERANZA.
Como suele hacer habitualmente, Mestre detalló este lema en tres puntos de su homilía:
1) CON MARÍA: caminamos con ella, con María. Contamos con ella en el camino de nuestra vida y hoy en esta marcha; siempre está presente en el camino de la vida. Pensamos en Luján, en Itatí y hoy, de manera particular, en Nuestra Señora del Valle al comenzar el Año Mariano y celebrar los 400 años de esta querida advocación. El Espíritu Santo que hace fecunda a la Virgen es el mismo de Pentecostés; es el mismo Espíritu que nos hace fecundos ahora.
2) SERVIDORES: yo soy la servidora del Señor dice María; con ella nosotros somos también los servidores de Dios. Comprometidos a dar testimonio de nuestra fe cristiana, saliendo de sí y acercándonos a todos, especialmente a los más pobres, desamparados y necesitados; a los vulnerables y desprotegidos. Ser servidores es acercarse y escuchar. Servidores del Señor para servir a nuestros hermanos.
3) DE LA ESPERANZA: “no temas porque no hay nada imposible para Dios” son algunas de las palabras del Ángel en el relato de la Anunciación. Estas son palabras de esperanza que se hacen patentes y se actualizan en el nacimiento del Salvador. Tenemos esperanza porque sabemos que el Señor está en medio nuestro, porque constantemente viene a nuestro encuentro y de forma particular en esta Navidad 2019. En medio de las dificultades, los problemas y las crisis hay motivo para la esperanza porque Dios habita en medio de su pueblo. En medio de la pobreza, falta de trabajo, dificultades familiares hay motivos para la esperanza porque el Señor está presente animando y dando fuerzas para luchar por la fe, el trabajo, la educación y los valores más profundos de la vida.