Guillermo Montenegro, quién se impuso en las elecciones del 27 de octubre, asumió éste martes como intendente del partido de General Pueyrredon, y en su primer discurso admitió que el distrito atraviesa "una situación compleja", al tiempo que aseguró que trabajará para que Mar del Plata recupere "el lugar que se merece".
"Soy consciente de que partimos de una situación compleja y que para resolverla es necesario escuchar y hacer más. Sabemos que la solución a los problemas que tenemos no depende de una persona, ni de un puñado de personas, sino de que empujemos entre todos", señaló Montenegro.
El jefe comunal, que se impuso de la mano de Cambiemos en el último comicio, brindó su primer discurso tras jurar ante el Concejo Deliberante, luego de formalizar horas antes el traspaso del mando con el intendente saliente, Carlos Fernando Arroyo.
Montenegro puntualizó en su mensaje que la seguridad "va a ocupar un lugar central" en su gestión, y subrayó su experiencia "como fiscal, luego como juez y después como ministro de Justicia y Seguridad" en la Ciudad de Buenos Aires.
"Voy a aplicar lo que aprendí para volcarlo a favor de la convivencia en nuestro distrito", aseguró, y confirmó que desde éste martes mudará su despacho de intendente, del edificio de la Municipalidad a la sede del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), tal como lo había prometido en campaña.
En cuanto al futuro vínculo de su administración con la nacional y la provincial, expresó su confianza en que construirá "una relación autónoma pero de cooperación", al igual que "con los gobiernos municipales de la región".
"Tenemos el desafío de restaurarle a Mar del Plata el lugar que merece", señaló, y agregó que trabajará en "un plan que la potencie" y que "la proyecte en la Argentina y el Mercosur".
Mencionó la necesidad de "generar las condiciones para que sea atractivo invertir" en la ciudad , y destacó: "Voy a fijar reglas claras que generen previsibilidad y confianza para que todo aquel que venga a invertir, pueda invertir y para que todo aquel que esté dispuesto a trabajar, pueda trabajar".
Ante un recinto de sesiones del Concejo Deliberante repleto de dirigentes, militantes y público en general, Montenegro asumió como el séptimo intendente de General Pueyrredon desde el retorno de la democracia.
Acompañado por su esposa, Eugenia Pruzzo, y sus mellizos bebés, Simón y Martina, el intendente esperó la habilitación por parte del presidente del Concejo, Ariel Martínez Bordaisco, para subir al estrado donde, tras jurar desempeñar con “lealtad y patriotismo” el cargo para el que fue elegido por la mayoría de los marplatenses y batanenses, procedió a dar su primer discurso como jefe comunal.
Su discurso duró aproximadamente 15 minutos y, en su transcurso, abarcó varios temas, desde el compromiso de "no aumentar" la planta política del municipio y, ademas, "la necesidad de potenciar los sectores productivos para generar trabajo y la de liderar un gobierno transparente y cercano a los vecinos".
“Mi compromiso como intendente es desarrollar las mejores propuestas, las cuales delineamos a partir de algo que considero clave para encontrar las soluciones, que es escuchar a los vecinos y poniendo a cargo a las personas que considero más capaces para gestionarlas”, aseveró.