"El programa Conectar Igualdad fue desarticulado y se abandonó el cuidado de los equipos. Estamos haciendo un balance o inventario de lo que ha quedado, hay lugares donde los equipos están rotos, otros lugares en que los equipos están en cajas", detalló la viceministra de Educación, Adriana Puiggrós en declaraciones radiales.
La funcionaria destacó además que la decisión es "renovar el programa, ponerlo en marcha y usar los diversos soportes". En ese sentido, se detuvo en el uso del celular por parte de los chicos hoy, y agregó que los móviles son prácticamente computadoras.
"Vamos a reactivar el programa utilizando distintos soportes y sumando la Campaña Nacional de Lectura", agregó la viceministra nacional, quien destacó que su implementación "va a llevar varios meses" ya que hay diferencias territoriales, dado que hay provincias que sostuvieron el programa por su cuenta y otras que no. "Arsat no terminó de ser conectado a los municipios, por lo que hay muchos municipios que hay que conectar", indicó.
Con la misión de reducir la brecha digital, desde 2010 la Nación entregó netbooks a estudiantes y docentes de escuelas públicas del país. En la misma sintonía, Conectar Igualdad incluía la generación de contenidos para que trabajaran alumnos y docentes. No obstante, cuando asumió Mauricio Macri decidió transferir a las provincias la responsabilidad del programa, pero la mayoría de los distritos no dispuso de los fondos para sostenerlo.
"¿De qué servía repartir computadoras si las escuelas no tenían Internet? Es como repartir asado y no tener parrilla" fue una de las frases que inmortalizó Macri al referirse al programa.
Complemento del Plan de Lecturas
La semana pasada, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Educación, Nicolás Trotta encabezaron el acto del relanzamiento del Plan Nacional de Lecturas. Este fue creado durante la presidencia de Raúl Alfonsín en 1984 con el objetivo de llegar a millones de chicos y adolescentes, así también como a sus familias.
En la ocasión, el ministro destacó que el plan “se vincula a lo que nosotros consideramos que es una política central en términos educativos para los tiempos que vienen”, al tiempo que sostuvo que permitirá que las familias argentinas “se puedan apropiar del derecho a la lectura como una herramienta que tendrá impacto”.