La actriz Elena Cruz, de 93 años, de amplia trayectoria en teatro y televisión y expulsada de la Asociación Argentina de Actores por su apoyo al genocida Jorge Rafael Videla en 2001, falleció el pasado martes 7 de enero, aunque la noticia se conoció el viernes por un aviso fúnebre publicado por su hijo y otros familiares en el diario La Nación.
La intérprete, junto a su marido Fernando Siro -fallecido en 2006-, fueron expulsados de la entidad actoral luego de una manifestación frente al domicilio del dictador en el barrio de Belgrano, al cumplirse 25 años del golpe de Estado de 1976. En esa ocasión, hubo una refriega con grupos de jóvenes, en la que Siro sufrió algunas contusiones.
Cruz actuó en radio y TV luego de haber cumplido pequeños papeles en el cine durante la década de 1950: ”La melodía perdida” (1952), y “La voz de mi ciudad” (1953), ambas de Tulio Demichelli; y “La bestia humana” (1954), de Daniel Tinaire, entre otras, y cobró entidad en títulos dirigidos por su esposo algunos años más tarde, como “Nadie oyó gritar a Cecilio Fuentes” (1965), “Amor libre” (1969) y “Autocine mon amour” (1972.
En televisión se destacó como comediante en el ciclo “Matrimonios y algo más”, de Hugo Moser, y “La estación de Landriscina” (1995), pero mientras su carrera se iba desvaneciendo su reaparición pública en defensa del genocidio determinó su expulsión y la de Siro de la AAA, hasta que en 2000 ocupó un lugar en la lista porteña de Encuentro por la Ciudad, partido de Domingo Cavallo, que por razones fortuitas la llevó a asumir un cargo en la Legislatura.
Varios sectores pidieron impugnar su designación, pero una votación determinó que el 18 de septiembre de 2003 acabara prestando juramento para el cargo.