A pesar de la cuarentena establecida por el gobierno nacional, miles de jubilados y pensionados se volcaron este viernes a los cajeros automáticos bancarios formándose largas filas que terminaron significando las dificultades que ello genera en función de posibilidad de contagio de coronavirus.
Al margen de esta situación (algunos abuelos esperaron hasta cuatro horas), hubieron personas mayores que pudieron cobrar y otras que no, pese a la espera, y, resignados debieron retirarse no sin antes mostrar su malestar.
Sucede que cada entidad bancaria habilitó líneas telefónicas para que se puedan tramitar las tarjetas, pero en muchos casos fue imposible establecer la comunicación.
“Las líneas están saturadas, por eso recomendamos hacer el pedido a través de canales alternativo, es decir, por medio de la web de cada banco o por correo electrónico”, indicó Carina Ponce, titular de la Defensoría de la Tercera edad de la provincia de Buenos Aires.
En ese sentido, aclaró que si bien los bancos no atienden al público por la cuarentena, “tienen la obligación de atender telefónica y virtualmente a los usuarios financieros y darles una respuesta”.
También dijo que los bancos hacen por estas horas impresiones masivas de tarjetas de crédito y sugirió a los jubilados insistir hasta finalizar el trámite. Si bien la demora en recibir la tarjeta varía de acuerdo al banco y a la disponibilidad de trabajadores que haya, la mayoría de las entidades tiene establecido un período máximo de dos semanas para concluir el proceso.
Pero las quejas de los jubilados no quedaron allí. Muchos de ellos coincidieron en que "nosotros venimos a buscar nuestro dinero para poder alimentarnos. No estamos ni sabemos nada one line, ni siquiera de cajeros ya que siempre nos remitimos a la caja para cobrar la totalidad en efectivo".
Este sábado se verá si se repite esta situación peligrosa en la medida que los cajeros electrónicos vuelvan a ser cargados.