"No eran células sueltas, fue un sistema de espionaje con brazos en al Afip, en la UIF (Unidad de Información Financiera), en la Dirección de Emigraciones y en la inteligencia del Servicio Penitenciario Federal. Toda esa trama concluía en la AFI y se confeccionaban carpetas para extorsionar", aseguró a La Capital de Rosario Leopoldo Moreau, titular de la ahora clave comisión bicameral de Inteligencia en el Congreso nacional.
Al respecto, el diputado nacional agregó que, "cuando se trataba de perseguir figuras centrales de la oposición política, se orientaba a la mesa judicial que encabezó Mauricio Macri, otra asociación ilegal".
Con las explosivas revelaciones (traducida en causa judicial) que impulsa la actual titular de la AFI, Cristina Caamaño, se presume que, cuando el gobierno anterior daba un paso para meter preso a un opositor (kirchnerista), "juntaba los datos de la Afip, los bancarios de la UIF, los de Migraciones, y guionaban testigos falsos (caso Fariña) y la llamada «mesa judicial», con algún magistrado, armaba una trama ilegal y la convertía en una causa supuestamente legal".
Para el dirigente de origen radical, la conducta persecutoria del ex presidente "no era un hobby (por espiar), tampoco una película de espías y tampoco un hábito, algo normal, de la democracia argentina". Y añadió: "Ningún gobierno de la historia democrática aplicó un régimen de espionaje y persecución como el de Macri".
A la luz de las revelaciones, el diputado del Frente de Todos (FdT) entiende que una mafia intentó quedarse con la democracia aplicando un principio básico de la mafia ("intentar convertir en legal aquello que se inició como un delito").
Con ese accionar se pretendía acallar la oposición, desmembrarla y favorecer —igual que la dictadura militar— "un plan económico que posibilitó la fuga de 86 mil millones de dólares", imputó Moreau.
Por lo demás, siempre según titular de la bicameral, se ejecutó un plan económico mafioso como los peajes, los parques eólicos y el correo, entre varios otros. Con la cobertura de un Estado policial en democracia.
Pero, ¿por qué entre los espiados aparecen decenas de nombres de personas que fueron —y continúan siendo— afines al gobierno anterior y defienden aquella gestión?
"Los jefes mafiosos desconfían hasta de sus lugartenientes. Con mirar la película El Padrino se entiende claramente. ¿Por qué le hicieron espionaje a (el periodista) Alejandro Fantino?, porque descubrieron que un día fue con Eduardo Valdez a comer a la casa de Cristina Kirchner", abundó el legislador.
Aunque luego diferenció y advirtió: "Pero también hay un grupo pequeño de periodistas que no fueron víctimas de la persecución. Por el contrario, fueron usuarios de la información ilegal de los servicios de inteligencia. Ese grupito está muy preocupado porque se va a revelar que fueron parte de la asociación delictiva".
Para el radical alfonsinista, el "grupo mafioso" se apropió de la estructura del Estado, como ocurrió en la dictadura de Jorge Rafael Videla. "Los grupos mafiosos pujan entre sí, se espían entre ellos. Podríamos dar el ejemplo del crimen de Hidalgo Solá durante la dictadura. Cuando les dan poder a esos grupos, terminan actuando más allá de los límites que pretenden sus propios jefes", definió.
La bicameral empezó abriendo un "sumario de investigación" con el atentado con mano de obra narco que llevó adelante la AFI de Cambiemos contra un funcionario, por entonces macrista: José Luis Vila.
Ese fue el punto de inicio de la causa judicial. El grupo de legisladores que hacen de instructores de la investigación, una subcomisión de la bicameral integrada por Rodolfo Tailhade, Claudio Martín Doñate y Cristian Ritondo, se volverá a reunir hoy, a las 15.
Al final del encuentro se entregará la información a la Justicia, se hará un informe al Parlamento o, eventualmente, se dará de baja el caso si es que no se comprueba nada.