Con un refuerzo de 100 soldados del Regimiento de Infantería de Monte 28 de Tartagal, el Ejército Argentino vigila las cercanías del paso internacional Salvador Mazza-Yacuiba, con el fin de prevenir que crucen ciudadanos bolivianos infectados con el virus COVID 19.
El gobernador Gustavo Sáenz, había solicitado el apoyo de las Fuerzas Armadas al presidente Alberto Fernández, para que se sumaran a los efectivos de la Gendarmería Nacional y de la policía provincial en el control de la frontera con el vecino país para preservar la salud de la población local.
Al difícil control que supone la extensa frontera entre Salta y Bolivia, donde además de los 30 pasos ilegales hay muchas personas con doble nacionalidad (argentina/ boliviana) lo que hace aún más difícil el control, indicaron fuentes de Defensa. Por su parte, el ministro de Gobierno, Derechos Humanos, Trabajo y Justicia de Salta, Ricardo Villada, precisó que las tareas de las fuerzas conjuntas “no sólo serán terrestres, sino también aéreas”.
Desde la mañana del miércoles, Salvador Mazza fue base de un gran número de uniformados. Además, de gendarmes llegaron soldados del Ejército Argentinos y miembros del Gopar (Grupo de Operaciones Especiales de Alto Riesgo) de la Policía de la Provincia. Un helicóptero militar artillado para traslado de tropas y reconocimiento y vehículos todo terreno con armas de guerra, se desplegaron para un control efectivo de la frontera con Bolivia. A raíz del virulento brote de COVID en Yacuiba, quedó inhabilitado el tránsito internacional de personas al menos por 30 días y solo está permitido el ingreso y egreso de camiones, bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria.
En otra localidad salteña, Aguas Blancas, en el departamento Orán, también se desplegaron las tropas conjuntas para lograr una mayor cobertura sobre el curso del río Bermejo que hace las veces de frontera natural y por donde a diario cruzan cientos de personas con contrabando de todo tipo.
De los 770 kilómetros de la frontera entre Argentina y Bolivia, unos 400 están en territorio salteño. Entre las localidades de Aguas Blancas y Salvador Mazza, la zona limítrofe con Bolivia es de unos 300 kilómetros de selvas, montes y ríos, de fácil cruce. De allí, la necesidad de reforzar el número de efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, con el fin de prevenir el ingreso de bolivianos contagiados de COVID 19.