A los 79 años dejó de existir Silvio Marzolini, extraordinario futbolista que brilló en Boca Juniors y en el seleccionado argentino en la década del sesenta, luego de agravarse una grave irreversible enfermedad que padecía hace unos meses.
Su mujer Malena, sus hijos, nietos y amigos informaron la noticia mediante un comunicado en el que expresaron "un profundo dolor".
"Queremos agradecer al cuerpo médico que lo atendió y nos acompañó en todo este tiempo: Dr. Francisco Apiani, Dr. Sergio Sarquis, Dr. Hernán Novara, Dr. Fernando Rainieri, Dr. Martín Baratelli, Dr. Jorge Agular y equipo; Dr. Iván Guevara y Dr. Bruno Baldo por toda la dedicación, cuidado y respeto que tuvieron con él. Y a todo el personal y enfermería del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT)", reconoce el mensaje de su entorno.
"Al mismo tiempo agradecer al Club Ferro Carril Oeste (en donde debutó en primera división); Boca Juniors, a su presidente Jorge Amor Ameal, al club Banfield, a las peñas boquenses que llevan su nombre, a la AFA y a todos los equipos que la componen por el cariño y respeto hacia él", agrega el comunicado.
Boca, Banfield, Ferro Carril Oeste y la Liga Profesional de Fútbol publicaron sus condolencias en sus cuentas oficiales de Twitter.
Marzolini fue considerado el mejor marcador de punta izquierdo de la historia de Boca y según una encuesta realizada por la revista "El Gráfico" en 1975 entre periodistas y simpatizantes, "el mejor 3 de la historia del fútbol argentino".
Con la camiseta azul y oro salió campeón seis veces, en los años 1962, 1964, 1965, la Copa Argentina de 1969 y los Nacionales de 1969 (con una inolvidable vuelta olímpica en la cancha de RIver ante el eterno rival) y 1970 (con final también en el Monumental pero esta vez ante Rosario Central).
Luego, en su función como entrenador dirigió dos veces al primer equipo "xeneize", una en 1981 consagrándose campeón del torneo Metropolitano con Diego Maradona como su máxima estrella, y en 1995 otra vez como entrenador de Diego en su vuelta al fútbol después de la suspensión por dóping en el Mundial Estados Unidos 1994.
Marzolini tuvo el mérito de los elegidos al tener su estatua en el hall central de La Bombonera, al lado de otros próceres como Antonio Rattin, Ángel Clemente Rojas, Rubén Suñé, Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto, Carlos Bianchi y Juan Carlos Lorenzo.