El féretro de Diego Maradona fue retirado del hall central de la Casa Rosada, donde se realizaba el velatorio, ante una invasión de hinchas ávidos por darle el adiós en las últimas horas de la ceremonia.
El copamiento de miles de hinchas en el lugar hizo que el personal de seguridad de la sede de Gobierno llevara los restos del Diez hasta el Salón de los Pueblos Originarios, ubicado a unos 30 metros, donde se lo mantuvo bajo llave junto a la familia, a salvo de los desbordes.
Paralelamente, la Casa Rosada fue blindada en su perímetro por un cordón policial y un fuerte retén del cuerpo de Infantería por la entrada principal de Balcarce 50.
La invasión del recinto se produjo cerca de las 15.30 ante la concentración de hinchas en el ingreso al velatorio, que en principio iba a terminar a las 16.30 y luego se extendió hasta las 19 con el acuerdo de la familia del astro.
Cuando los efectivos de seguridad intentaban desagotar el hall central, un grupo de fanáticos copó el emblemático Patio de las Palmeras, donde permaneció entonando cánticos de homenaje al astro.
La decisión de extender el horario del funeral fue adoptada frente a los desbordes ocurridos en la Plaza de Mayo y sus alrededores por la enorme cantidad de personas.
Cerca de las 14, la policía de la Ciudad cortó el acceso de público en la intersección de Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo, retén inicial de acceso al velatorio, y allí se registraron los primeros incidentes.
Más tarde, los disturbios se trasladaron al sector vallado, comprendido entre ese punto y la Casa de Gobierno, donde se registraron corridas, gases lacrimógenos y detonaciones de balas de goma.
Minutos antes de acordar la extensión del funeral, se había informado que el cortejo fúnebre con el cuerpo de Maradona partiría a las 17 desde la Casa Rosada para transitar por avenida 9 de Julio, Autopista 25 de Mayo y Acceso Oeste.
En ese comunicado, se ratificó que el funeral tenía como horario de conclusión las 16.30 "respetando la decisión de la familia".