Un grupo de organizaciones territoriales reclamaron al Municipio herramientas de poda, jardinería, materiales de construcción, como así también los permisos correspondientes para trabajar en las ferias barriales y en los circuitos culturales habilitados desde la Secretaría de Cultura. Sin embargo, obtuvieron como respuesta de las autoridades municipales el ofrecimiento de mercadería.
La solicitud fue formulada, a fines del año pasado de cara a la apertura de la temporada, por referentes del Espacio Comunitario 30.000 Mariposas, el Frente Social Miguel Roldan en Convocatoria Segunda Independencia, Red de Apoyo a la Gremial de Abogadas y Abogados MDP y Autoconvocados por la Tierra.
El hecho desmiente el prejuicio arraigado y fomentado en una considerable parte de la población, el cual está enmarcado en perverso de juego de enfrentar a pobres contra otros pobres más vulnerables, para que sean vistos como entes parasitarios que viven, en su mayoría, de “planes” y que esa es la causa por la cual “los que trabajan” se ven “asfixiados por los impuestos”, que se usan para “mantener vagos”.
Así es como el mito de los “planeros” no deja ser más que un árbol que impide ver el bosque, donde se ocultan los que “cortan el bacalao”, perpetuándose en la función pública o en una banca legislativa, desde la cual levantan la mano para asfixiar al contribuyente, cada vez que votan un aumento de tasas o tarifas.