Lo afirmó el empresario gastronómico Cesar Moráis, quien explota un local del rubro en el sector de la rambla Casino.
Acto seguido, Moraiz señaló que “esta temporada ha sido muy atípica por tres factores: Uno es la pandemia; el segundo fue la parte económica porque la gente llegó muy afectada económicamente al verano, prácticamente sin recursos para destinar a sus vacaciones; y el tercer factor fue el clima que no nos ayudó para nada”.
Agregando: “Sí en la zona céntrica, la costa y el Puerto - que es donde habitualmente concurre la gente - el clima hubiese sido propicio, por lo menos hubiéramos trabajado para cubrir las necesidades mínimas como es el alquiler y la inversión en personal”.
Aseguró que “los comerciantes del rubro gastronómico quedamos muy mal parados de cara a los próximos nueve meses. Haciendo comparaciones, quedamos como un boxeador al bode del nocaut. Sin ningún beneficio económico, va a ser muy difícil encarar lo que se viene de aquí en adelante”.
Asimismo, consideró que “si bien se dice que el fin de Semana Santa puede ser bueno, el hecho es que el invierno es muy largo y, prácticamente, la temporada terminó el último sábado de febrero. Ojalá tengamos algún repunte en los próximos fines de semana, pero lo que se saque será para el mantenimiento del personal y llegar a Semana Santa, con un equipito razonable para poder afrontarla.
Finalmente, Moraiz comentó que “tuve algunas reuniones con comerciantes de la calle Belgrano y de Rivadavia y sacamos, en líneas generales, las mismas conclusiones, la temporada ha dejado déficit en el rubro gastronómico”.
(Gentileza: Roberto Latino Rodríguez)