Francisco aterrizó este viernes en Bagdad para la primera visita de un Papa a Irak, en la que buscará reforzar los lazos con el islam, llevar consuelo a la perseguida y diezmada minoría cristiana del convulso país y pedir por la paz en Medio Oriente.
“Es un viaje emblemático a una tierra martirizada. Un deber moral”, planteó el Papa a bordo del avión en el que aterrizó a las 13.45 en el aeropuerto internacional de la capital Bagdad, tras un vuelo de cuatro horas desde Roma en el que viajó acompañado por un enviado de Télam, entre otros medios.
En su primera actividad oficial en suelo iraquí, el Papa se reunió durante 20 minutos con el primer ministro Mustafa Al Khadimi en el salón VIP del aeropuerto, antes de dirigirse al Palacio Presidencial para encontrar al presidente Barham Salih.
Frente al mandatario, el Papa pronunciará el primero de los siete discursos que dará en Irak, antes de dirigirse al clero local durante un encuentro en la catedral católica siríaca de Nuestra Señora de la Salvación.
La Iglesia que visitará el Papa, en el corazón de Bagdad, se convirtió en un ícono de la violencia del extremismo tras un ataque suicida del Estado Islámico (ISIS) en 2010 durante una misa dominical en el que murieron más de 50 personas.
Tras el ataque, se inició un proceso para beatificar a los 48 fieles cristianos que murieron dentro de la iglesia, a la espera de que sean considerados "mártires" por el Vaticano.
La visita del Papa se da en medio de la fuerte suba de casos de coronavirus en el país asiático, con toque de queda vigente durante viernes, sábado y domingo y la prohibición del desplazamiento entre las regiones del país.