Tras los diversos reclamos de las ollas populares nucleadas en los Comités Barriales de Emergencia (CBE) sobre el recorte en la provisión de alimentos por parte del Municipio, concejales y concejalas del Frente de Todos pidieron que se garantice el insumo para el acceso a la alimentación de los sectores más necesitados. El proyecto fue aprobado por unanimidad en sesión.
La pandemia continúa, y la necesidad de muchas familias a recibir asistencia alimentaria persiste: la preocupación radica en la gravedad de las ollas vacías. En los últimos meses del año 2020, los CBE recibían 20 toneladas de alimentos frescos (verduras y carnes) todas las semanas, pero a hacia finales de diciembre del año pasado, el gobierno municipal decidió interrumpir completamente la provisión.
En ese marco, la iniciativa presentada por el concejal Roberto "Tata" Gandolfi y la concejala Sol de la Torre, le pide al Poder Ejecutivo que “articule los mecanismos que considere convenientes a fin de garantizar y regularizar la entrega semanal de la provisión alimentaria a los CBE para satisfacer la demanda alimentaria en los comedores y merenderos que funcionan en nuestra ciudad”.
En el proyecto aprobado, se detalla la importancia de que el Estado sostenga la provisión de recursos para atender las emergencias que se profundizaron con la pandemia, y sostener la articulación democrática forjada en los Comités, donde confluyen la Universidad, las iglesias, las organizaciones barriales, y los comedores populares. “Nadie va feliz a retirar la vianda del comedor, no es una situación deseada, pero sí es una necesidad urgente que requiere respuestas en este sentido. Con la pandemia, las dificultades económicas de muchas familias se agravaron, y más de 360 comedores se hicieron cargo de ayudar a quienes más lo necesitaban. Hoy las cocinas populares son sostenidas por 2912 voluntarias y voluntarios, de los cuales en su 70% son mujeres, que elaboran 41.285 viandas semanales. No podemos permitir que esto se corte".
Cabe destacar que de las 20 toneladas semanales de alimentos frescos que otorgaba el Municipio, en febrero pasado sólo se recibieron 7.
En ese sentido, Gandolfi agregó: “Es el Estado, (y el trabajo y la matriz productiva presente) quien debe permitir llenar la cacerola familiar, pero no lo logramos en el marco de la pandemia. Sabemos que el inicio de la segunda ola requiere de políticas de cuidado que den respuestas a la gente, y que cuando crezcan los contagios y volvamos a entrar en una situación sanitaria crítica, la demanda de asistencia alimentaria volverá a crecer. Tenemos que estar preparados para que nadie esté con la panza vacía, porque con hambre que no se puede dormir ni soñar”.