Por el Lic. Julio César Forcat.
Conocí a Julio Cortázar en París, en 1969, en el café Aux deux magots. Yo tenía 27 años y había llegado a Europa volando de Montreal a Irlanda del Sur, después de recorrer Hispanoamérica, América Central y México dictando charlas sobre Literatura latinoamericana. Tenía el teléfono de Cortázar y al llamarlo me atendió Aurora (Bernárdez), su primera esposa. Cortázar me concedió una entrevista y de allí surgió una amistad. Nos reunimos varias veces en París, Londres, en Saignon, Francia, y en Barcelona. En Londres Cortázar me presentó a Mario Vargas Llosa. En el texto de la postal adjunta Cortázar hace referencia a mi ex-esposa alemana, Ulrike, y a Ugné, su pareja lituana, que fue directora de Gallimard, una de las editoriales más grandes del mundo.
Cortázar era un transgresor, no soportaba la solemnidad, tenía un espíritu lúdico y mucho sentido del humor y se comunicaba muy bien con los niños y con los animales. Utilizaba una apariencia lúdica y rupturista para evadirse del horror que le causaba el mundo:
“… el mundo está como esta roja y terrible escena” dice en la postal. La escena a la que se refiere está en el dorso de la postal: Un cuadro del pintor alemán Albrecht Altdorfer titulado “Gefangennahme” (toma de prisioneros en alemán). Pero agrega: hay que seguir peleando.
En su ensayo “Acerca de la situación del intelectual latinoamericano”, publicado en “Último round”, Cortázar incluye seis fotos de esculturas líticas de San Agustín que tomé en la selva de Colombia. “Último round” es un ejemplo de la personalidad no convencional de Cortázar.
Invito al lector de estas líneas a completar la imagen del Cortázar transgresor leyendo mi estudio “La vuelta al día en ochenta mundos”.
Julio César Forcat, nacido en Rosario (Santa Fe), es Licenciado en Literaturas Modernas; Escritor y Profesor Universitario; Monje laico de la escuela Drukpa Kagyu de Budismo Tibetano. Obtuvo el primer premio de investigación literaria del Ministerio de Educación y Cultura de Santa Fe por su obra El Simbolismo espiritual en la obra poética de Leopoldo Marechal (1992).
Es autor, además, de los siguientes libros: El otoño de la Edad Moderna (1987); Las prisiones del alma (misterio budista) (1994); Introducción al I Ching Libro de las mutaciones (1994); Introducción a Poesía y libertad de Rubén Vela (1996); En el camino a Shambala (poemas, 1997); Propuestas para la formación del budismo argentino (2002); ¿Por qué llora el puma? (cuentos, 2004); Coplas y cuentos de Catamarca (2009); La diosa fálica (ensayos y cuentos, 2010); Introducción al Budismo Tibetiano (2019) y El otoño de la Edad Moderna, próximo a ser publicado.
Julio César Forcat, nacido en Rosario (Santa Fe), es Licenciado en Literaturas Modernas; Escritor y Profesor Universitario; Monje laico de la escuela Drukpa Kagyu de Budismo Tibetano. Obtuvo el primer premio de investigación literaria del Ministerio de Educación y Cultura de Santa Fe por su obra El Simbolismo espiritual en la obra poética de Leopoldo Marechal (1992).
Es autor, además, de los siguientes libros: El otoño de la Edad Moderna (1987); Las prisiones del alma (misterio budista) (1994); Introducción al I Ching Libro de las mutaciones (1994); Introducción a Poesía y libertad de Rubén Vela (1996); En el camino a Shambala (poemas, 1997); Propuestas para la formación del budismo argentino (2002); ¿Por qué llora el puma? (cuentos, 2004); Coplas y cuentos de Catamarca (2009); La diosa fálica (ensayos y cuentos, 2010); Introducción al Budismo Tibetiano (2019) y El otoño de la Edad Moderna
Epígrafe: Postal de Julio Cortázar del 29/12/1973 a Julio César Forcat