El acaparamiento de vacunas por parte de los países ricos es una de las características de la coyuntura actual de la pandemia. Mientras que en Estados Unidos millones de vacunas están a punto de vencer, gran parte del mundo lucha contra nuevos brotes sin recursos.
Vacunas contra el coronavirus sin utilizar que se acumulan mientras se acerca su vencimiento, la apelación a campañas que regalan cerveza, donas y billetes de lotería para incentivar las inmunizaciones y su uso en menores que no son grupo de riego muestran la peor cara del acaparamiento que realizan los países ricos, mientras el resto del mundo todavía lucha contra los rebrotes de casos y muertes.
El 85% de las casi 2.300 millones de las vacunas administradas a nivel global fueron empleadas en los países de mayores ingresos, de acuerdo a datos de la Universidad de Oxford: mientras Norteamérica y Europa exhiben tasas de 65 y 55 dosis aplicadas cada 100 personas, respectivamente, en África la cifra baja a tres cada 100 personas.