La toma del poder en Afganistán, donde el Talibán entró a la capital sin encontrar resistencia, presagia profundos cambios políticos y sociales no sólo en el país, sino también en los estados vecinos, anticiparon especialistas.
Voceros del Talibán aseguraron que formarán un "gobierno islámico inclusivo" con otras facciones y que mantienen negociaciones con políticos de alto nivel, incluidos líderes del Gobierno anterior y, aunque persisten en la idea de hacer cumplir la ley islámica, aseguraron que proporcionarán "un entorno seguro para el regreso a la vida normal después de décadas de guerra".
Así lo señaló el portavoz talibán Suhail Shaheen en una charla telefónica con el servicio público de radiodifusión británico, BBC.
Su enorme astucia negociadora los colocó de nuevo al timón de este país semidesértico, una nación compuesta por diferentes etnias: hazaras en el centro, pastunes en el sur y en el este, tayikos y uzbekos en el norte, sin olvidar los pueblos kirguises, baluchíes, turcomanos, aimaks o nuristaníes.
Dentro de este mosaico, los pastunes representan la mayoría, con cerca de un 40% de la población total, y los talibanes suelen pertenecer a este grupo étnico de origen iranio.
Quienes no comulgan con la ideología talibán o trabajaron estos años de conflicto para las tropas extranjeras, temen ser perseguidos sin piedad e incluso degollados por los nuevos líderes.
Algunos analistas occidentales escribieron que esta situación desesperada que vive Afganistán se parece demasiado a la de Vietnam en 1975 cuando las tropas del Vietcong forzaron una salida humillante de los soldados de Estados Unidos apostados en Saigón, su último reducto.
"Tanto en Vietnam como en Afganistán el Pentágono se enredó en una guerra contra un enemigo que desconocía, sin una estrategia de salida y con una narrativa tóxica de cara al pueblo americano", escribió Alberto Rojas para el diario El Mundo de España.
"Tanto la milicia Vietcong como los talibanes sufrieron enormes pérdidas contra la maquinaria militar estadounidense y sus terrores tecnológicos, pero resistió gracias a un mayor conocimiento del terreno, ya sea la selva o el desierto, una mayor motivación y una letal táctica de guerrillas. En ambos casos, Estados Unidos fue incapaz de ganar un conflicto en el que parecía el teórico favorito", agregó.