La presidenta del bloque del Frente de Todos, Marina Santoro y su tocaya Sánchez Herrero, titular del Cuerpo Deliberativo, se habrían trenzado este jueves en una acalorada discusión que, si bien fue en el despacho de la Presidencia a puertas cerradas, el tono exacerbado de las advertencias y amenazas cruzadas resonaron en cada rincón del Palacio municipal y fueron la comidilla que alimentó opíparamente los corrillos.
El altercado verbal habría detonado tras tomar conocimiento Santoro del cambio de giro del polémico expediente sobre el convenio de las fotomultas, que tenía que pasar por la comisión de Educación para su primer tratamiento, pero al quedar conformada ésta con mayoría opositora, el secretario del Concejo Deliberante de consuno con la presidenta del Cuerpo habría operado en forma inconsulta el cambio del giro de comisiones, excluyendo a Educación para que el urticante expediente pase por la comisión de Seguridad, donde el oficialismo tiene garantizada la mayoría.
“Pensaron que no se iba a descubrir, pero como todos los expedientes están digitalizados y quedan registros, salto el tema”, comentó un avezado conocedor de los vericuetos legislativos en los corrillos palaciegos, asegurando que “quedó constancia de lo que hizo, de hecho, arranca una hoja del expediente y la reemplaza por otra, lo cual raya en un delito penal porque se trata de un instrumento público que no se puede adulterar”.
Asimismo, acotó que “cuando Santoro fue a la Presidencia a hacer notar esta anomalía, se trenzaron en una fuerte discusión y Sánchez Herrero se puso en una actitud dura, y le advirtió que 'tenía más fierros´ que ella, con lo que no logró amilanarla y la reyerta a voz en cuello terminó con amenazas de acciones varias de ambos lados”.
