Al concluir el Ángelus, el Papa Francisco imploró por el fin de los ataques en Ucrania y aseguró que la Santa Sede está dispuesta a todo por la paz .
Tras insistir en la locura de la guerra, el Papa hizo un llamado al diálogo y a la apertura urgente de corredores humanitarios, no sin antes agradecer a quienes hospedan a los refugiados y a los periodistas que informan sobre la trágica situación.
“En Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata sólo de una operación militar, sino de una guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria. El número de víctimas aumenta, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños”, expresó el Pontífice.
La necesidad de ayuda humanitaria “en ese atormentado país crece dramáticamente cada hora”, dijo el Santo Padre antes de exhortar una inmediata ayuda humanitaria:
“Hago un llamamiento sincero para que se aseguren realmente los corredores humanitarios y se garantice y facilite el acceso de la ayuda a las zonas asediadas, con el fin de proporcionar un alivio vital a nuestros hermanos y hermanas oprimidos por las bombas y el miedo”.
Francisco agradeció la hospitalidad de quienes acogen a los refugiados para luego exhortar a poner en primer lugar el diálogo y el sentido común.
El Santo Padre también agradeció la labor de los periodistas que arriesgan su vida para informar:
“¡Gracias, hermanos y hermanas, por vuestro servicio! Un servicio que nos permite estar cerca de la tragedia de esa población y nos permite evaluar la crueldad de una guerra”.
“La Santa Sede está dispuesta a todo, a ponerse al servicio de esta paz”. Así lo subrayó Francisco al informar que dos cardenales han ido a Ucrania, para servir al pueblo, para ayudar. El Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero de Su Santidad, para llevar ayuda a los necesitados; y el Cardenal Michael Czerny, Prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
“Esta presencia de los dos cardenales allí es la presencia no sólo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: "¡La guerra es una locura! ¡Para, por favor! Mira qué crueldad", concluyó.(Vatican News