“El proyecto presentado por los concejales de la Coalición Cívica es de oportunistas y de mala leche porque observando el descontento de marplatenses y turistas por el deficiente servicio de taxis y remises, fundamentalmente en horario nocturno, plantean una solución basada en permitir el ingreso de aplicaciones tipo UBER cuando todos los medios periodísticos han marcado que el problema de conseguir taxi libre en horario nocturno es común tanto en ciudades como Capital Federal, Rosario, Córdoba y Mendoza, donde estas aplicaciones ya funcionan en forma legal o ilegalmente”, aseveró Raúl Vicente, referente de la Sociedad de Conductores de Taxis.
En diálogo con Cazador de Noticias, Vicente remarcó que “hay que entender que el problema de la falta de choferes nocturnos, que se vio agravado después de la pandemia es común a todas las grandes ciudades y no es fácil de revertir, incluso en esas ciudades se ha permitido cobros diferenciales en horario nocturno y también valores superiores los fines de semana y feriados, pero no se pudo normalizar el servicio nocturno en forma total”.
Asimismo, adelantó que las entidades del sector se declararon en estado de alerta.
“Las entidades que impulsaron, promovieron y apoyaron la ordenanza originada en la intendencia del Dr. Carlos Arroyo, que prohíbe la actividad de estas aplicaciones en el partido de General Pueyrredón, ordenanza que fue avalada y respetada en reiteradas oportunidades por el actual intendente municipal Guillermo Montenegro, nos declaramos en estado de alerta ante cualquier intento de cambiar la actual legislación”, advirtió.
Finalmente sostuvo que “la experiencia en las ciudades donde ya funcionan estas empresas que, según su definición, hacen de nexo o enlace entre quienes brindan un servicio y quienes lo requieren siempre han terminado dando un servicio anárquico como descontrolado y desordenado, que nunca solucionaron los problemas que se originan en el transporte de personas. Agregando que “con su filosofía de ingreso ilimitado de trabajadores para cumplir ese servicio, produce siempre un exceso de oferta, que satura totalmente la actividad, la condenan a una muy baja rentabilidad y sólo sobreviven quienes realizan ese trabajo como algo complementario porque tienen otro tipo de ingresos que les permite vivir con tranquilidad y general y lamentablemente son los taxistas que viven exclusivamente de esta actividad los que sufren estas consecuencias económicas y muchas veces terminan abandonando su profesión”.