Este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el costo de la canasta básica alimentaria subió 9% durante febrero, por lo que una familia tipo integrada por dos adultos y dos menores, necesitó percibir ingresos por $37.413 para adquirir la cantidad mínima de alimentos y no caer en la indigencia
Por su parte, la canasta básica total (CBT) aumentó 6,6% durante febrero, por lo cual esa misma familia tipo requirió percibir ingresos por $83.807 para no caer debajo de la línea de la pobreza.
En tanto, las variaciones interanuales de la CBA y de la CBT resultaron de 52,2% y 44,5%, respectivamente. De esta forma, en el primer bimestre del año la canasta básica alimentaria acumula un incremento de 13,5%; mientras que la canasta básica total marca una suba de 10,1% en el mismo período.
En ese marco, una familia de cinco integrantes necesitó en el segundo mes de 2022 unos $39.351 para no caer en la indigencia, al tiempo que requirió unos $88.147 para no caer en la pobreza. Se trata en este caso de un hogar compuesto por un varón y una mujer, ambos de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 año.
Los dos indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.
De la misma manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.