La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner negó un distanciamiento con el presidente Alberto Fernández al considerar que su elección como compañero de fórmula en 2019 fue "un acto de inteligencia", aunque advirtió que le da "amargura" que no se le esté "haciendo honor" a "tanto amor, esperanza y confianza" depositada en el Frente de Todos, durante un evento que encabezó en Resistencia, Chaco.
"Yo no le pegué a nadie ni nadie me pegó, lo que está pasando en el Poder Ejecutivo no es una pelea. Acá no hay pelea, hay debate de ideas. Pelea es un sustantivo femenino. Debate es masculino. No creo en las casualidades, para nada", aseguró la vicepresidenta durante su alocución.
Cristina reconoció que tiene "muchísimos defectos", aunque aclaró: "Nunca tomo decisiones a través de mis hormonas, sino de mis neuronas".
"Alguien habló de disputas de poder -dijo en referencia a los dichos del ministro de Economía Martín Guzmán- De haber sido así hubiera elegido al líder del Frente Renovador (Sergio Massa), o a (Héctor) Daer o (Emilio) Pérsico. Ahí habría una disputa de poder", aseguró.
Y en ese sentido agregó: "Elegí a alguien que no representaba a ninguna fuerza política, a una persona que me había criticado duramente. ¿Alguien piensa que yo puedo decidir las cosas por enojo, por una cuestión de poder?".
Cristina se refirió así a la decisión que anunció el 18 de mayo de 2019, que consistió a acompañar a Alberto Fernández en la fórmula presidencial para las elecciones de ese año.
"Elegí a una persona, que hoy es Presidente, que me había criticado duramente desde el año 2008. ¿Alguien piensa que yo puedo decidir las cosas por enojo? No considero que mi decisión política, como dicen algunos compañeros, haya sido erróneamente generosa. Fue un acto inteligente", afirmó la vicepresidenta.
Por último, la vicepresidenta instó a todos los dirigentes del Frente de Todos a trabajar para "devolverle a la gente la esperanza y los anhelos".
"Que nadie se haga la víctima, que acá las únicas víctimas son los que no llegan a fin de mes, los que no tienen laburo, los que no tienen para darle de comer a sus hijos. Y por eso tenemos la obligación de debatir y discutir, no la Boleta Única. Cómo hacemos para devolverle a la gente la esperanza y los anhelos, porque esa es mi mayor preocupación y también mi mayor sensación de amargura: la confianza que nos depositaron, los anhelos, las esperanzas. La verdad que creo que no le estamos haciendo honor a todo eso", concluyó Cristina.