Se cumplieron 23 años del 16 de junio de 1999, ese día se produjo el derrumbe de una manzana completa comprendida entre las calles Belgrano, Buenos Aires, Moreno y Boulevard Marítimo, frente al Casino Central que dio lugar a la Plaza del Milenio, durante el gobierno del profesor Blas Aurelio Primo Aprile.
La planificación y la ejecución estuvieron a cargo del el ingeniero José María Conte, quien diagramó toda la operación desconocida en la ciudad por sus características. Pese a la cantidad de edificios que rodeaban el lugar no se rompió un vidrio. Fue un hecho histórico, el único antecedente de implosiones en zonas urbanas era el albergue Warnes y estuvo a cargo de una agencia francés.
Para la implosión se utilizaron 80 kilos de gelamita, un barro explosivo con sales orgánicas que contiene 15 por ciento de agua. Es un producto barroso parecido a la dinamita, seguro y manipulable, que sólo se activa con un detonante.
Se hicieron agujeros en las columnas de los edificios a demoler -entre la planta baja y como máximo el tercer piso-, se colocó la gelamita y se protegió esas zonas con bolsas de arena para evitar la dispersión de escombros.
El detonador conectado a los caños que debían permitir el paso del gas activador de la gelamita tenía una velocidad de propagación de 2.000 metros por segundo.
El inicio de la demolición estaba pautado para el sábado 11 de junio, pero una protesta de trabajadores de la pesca a pocas cuadras del lugar obligó a suspender el operativo. Entonces, se programó para el miércoles 16 a la madrugada, sin testigos.
A las 4,27 sonó la alarma y el director de Vialidad Municipal, José María Conte, apretó el detonador y en pocos segundos cayeron dos edificios.
De esta forma, se recuperó un espacio público, para darle continuidad al paseo que arranca desde la Plaza Colón, Fuente del Milenio, Plaza de las Provincias, hasta la Peatonal San Martín y culmina en la fuente entre San Luis y Mitre.