Domingo Robles, quien en los próximos días pasará a ser ex presidente de Peñarol de Mar del Plata, se despidió de sus “queridos peñarolenses” con una emotiva carta, que reproducimos a continuación:
“Cuando agarro la manija del club, un día paso por el bar y un viejo petitero que tomaba café con otro más, me dice ´che pibe, veni. No vamos a perder la sede, ¿no?
“Me temblaban las piernas, no pude contestar…
“De aquel pibe pasaron 21 años y ese par de veteranos era nada menos Luchito y el flaco Carboni.
“Las palabras sobran cuando todo es tan claro. Hace más de dos décadas que los peñarolenses soñamos juntos y es increíble lo que logramos.
“Algunos se preguntarán por qué dejo la presidencia antes de los 100 años del club, pero por la época del año que agarra, sería una irresponsabilidad de mi parte continuar al mando. Le tengo que dejar las manos limpias al que venga para que arme la historia a su manera.
“Es una despedida con las puertas abiertas. Me voy solamente por un tema de salud, pero si algún día el club me necesita y el barba me acompaña, aunque sea un poquito, no tengan duda que voy a estar.
“A los peñarolenses que me dieron prestigio e identidad, les agradezco de manera contundente y especial. Me hicieron un tipo muy feliz y eso es lo más lindo que me llevo.
“Ahora voy a estar donde quiero estar que es en la tribuna, con el pueblo, como hincha raso.
“Me toca a mi ser el veterano petitero que se sentará a tomar café en el club de sus amores.
“Como dice la canción: “lo mejor que tiene Peña es su gente”.
“HASTA SIEMPRE, Domingo”.