El primer ministro de España, el socialista Pedro Sánchez, anunció la creación de dos impuestos extraordinarios a empresas energéticas y entidades financieras, con los que estima recaudar 3.000 millones de euros al año durante dos años.
El anuncio lo hizo durante su discurso en el Debate de la Nación en el Congreso de los Diputados tras señalar que "el gran reto que tiene España se llama inflación", que llegó al 10,2% en junio, el nivel más alto en 37 años en España.
Con el impuesto sobre los beneficios extraordinarios - la llamada "renta inesperada"- obtenidos en 2022 y 2023 por las empresas energéticas, el gobierno espera recaudar 2.000 millones de euros al año en 2023 y 2024.
El "impuesto excepcional a las grandes entidades financieras que ya se están empezando a beneficiar de las subidas de interés" también tendrá una duración de dos años y se estima que se recaudarán 1.500 millones de euros al año.
"Los beneficios no caen del cielo, salen de los impuestos", dijo Sánchez, que subrayó que su gobierno "no va a permitir que el sufrimiento de muchos sea el beneficio de unos pocos".