Este miércoles, los efectos de la huelga de personal de tierra de la aerolínea alemana Lufthansa repercutieron gravemente en los usuarios luego de que se anularan 1.100 servicios que debían despegar, ocasionando que aproximadamente 130.000 personas no pudieran abordar en los aeropuertos multitudinarios de Frankfurt –el de mayor volumen en el país- y Múnich –el de mayores conexiones internacionales-.
Desde la compañía afirmaron que prácticamente la totalidad de los vuelos que estaban programados en los dos aeródromos fueron dados de baja. No obstante, les notificaron a los pasajeros que podrán reprogramarlo para los próximos días, aunque aún no hay fecha para la finalización de la protesta.
Lufthansa había avisado con anticipación que los servicios iban a estar suspendidos e instó a que no se acercaran en vano a las terminales. En el abanico de soluciones, los dirigió a tratar sus casos de manera remota, por el sitio web o teléfono.
Por otro lado, para los traslados dentro del territorio alemán, la aerolínea ofreció realizar los viajes por ferrocarril.
La empresa lamentó este miércoles el accionar de los empleados movilizados por el sindicato Verdi y lo catalogó como “un día triste” para los turistas, en medio de la primera temporada de verano sin restricciones desde la aparición del Covid-19 en 2020. Además, tildó la medida de “innecesaria y desproporcionada”.
El paro fue convocado por Verdi para los 20.000 empleados que componen el cuerpo de personal de tierra de la compañía como método de reclamo para conseguir un incremento salarial del 9,5% (aproximadamente 350 euros al mes)
La última oferta de Lufthansa alcanzó el 5,5%, revelaron fuentes sindicales, lo que fue estimada muy inferior a la inflación acumulada desde las anteriores paritarias. Hasta el momento hubo dos rondas de negociaciones y está estipulada una tercera para los primeros días de agosto.
“Si no mejoran su oferta consideraremos más consecuencias”, advirtió el sindicalista Marvin Reschinsky. El pasado lunes, el director de Personal y Trabajo de Lufthansa, Michael Niggemann, dijo que era “inadmisible” la huelga después de solo dos encuentros de negociaciones.
Los problemas de Lufthansa se suman a los que suceden en España, donde la aerolínea irlandesa de bajo costo Ryanair convocó nuevos paros de 24 horas, que serán de lunes a jueves y comenzarán el 8 de agosto hasta el 7 de enero de 2023.
La situación se produce por la negativa de la dirección a abrir canales de diálogo con los sindicatos, quienes reclaman la reincorporación de 11 trabajadores despedidos durante las convocatorias de junio y julio y el cese de los expedientes abiertos a otros cien empleados.
Además, exigen que se aplique la legislación laboral española a todos los tripulantes de cabina y a las diez bases españolas.
Entre las condiciones figuran la concesión de 22 días laborables de vacaciones anuales, 14 festivos, el cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales, concreción y reducción de jornada.
El miércoles fueron suspendidos ocho vuelos y otros 141 se retrasaron en el tercer día de paro de los cuatro estipulados para esta semana.