El Gobierno español aprobó este lunes un paquete de medidas de ahorro energético para que edificios administrativos, espacios comerciales y estaciones de autobús, tren y aeropuertos, entre otros, ajusten sus termostatos para que no queden por debajo de los 27 grados en verano ni superen los 19 grados en invierno.
Según explicó la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en rueda de prensa, las medidas de ahorro energético estarán vigentes hasta el 1 de noviembre de 2023.
Las medidas de ahorro, impulsadas en toda la UE para hacer frente a la reducción del suministro de gas ruso, establecen también que las luces de los escaparates deberán apagarse a partir de las 22:00 horas, así como la iluminación de los espacios públicos cuando no estén en uso, además de tener sus puertas cerradas cuando dispongan de sistemas de calefacción o refrigeración en funcionamiento.
Las medidas forman parte de “un plan de choque de ahorro y gestión energética” con el objetivo de reducir el consumo “en el contexto de la guerra en Ucrania”, según el Gobierno español.
España debe recudir el consumo de gas en cerca del 7%, en función de lo acordado con la Comisión Europa ante el escenario de que Rusia pueda cortar el suministro a Europa por la guerra.
Por ello, también están previstas medidas para facilitar la inyección de gases renovables en la red de gasoductos española y potenciar el almacenamiento y autoconsumo.
Además de incluir medidas sociales como la gratuidad de los trenes de cercanías para viajeros con bonos de transporte, desde el 1 de septiembre y hasta el 31 de diciembre de este año, dentro del objetivo de fomentar el transporte público y contribuir así al ahorro energético.
“Se pretende así fomentar el transporte público y reducir el uso del vehículo privado, contribuyendo a disminuir nuestra dependencia energética y nuestra huella de carbono”, de acuerdo con el Ejecutivo, que prevé un costo de esta medida de unos 200 millones de euros para financiar estos servicios ferroviarios gratuitos.
El plan fue anunciado la semana pasada por el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, en una apuesta por medidas de ahorro energético e impuestos a grandes empresas eléctricas y a la banca para afrontar la recta final de su legislatura, ante un escenario de elevada inflación.
Unas medidas en la línea que reclama su socio en el Ejecutivo, la formación de izquierda Unidas Podemos, con el que espera agotar el año y medio que queda hasta las próximas elecciones generales, según Sánchez.