“Esta semana una de las noticias que llamó la atención, a nivel regional, ha sido la deflación en Brasil, es decir que el país vecino registró en julio una inflación negativa de 0,68%, el índice de inflación más bajo desde 1980, y la clave de la caída de precios fue una ley aprobada por el Congreso y sancionada a fines de junio, con el patrocinio del presidente Jair Bolsonaro, que redujo impuestos sobre los combustibles, la energía eléctrica, las comunicaciones y el transporte colectivo”, planteó el dirigente socialista, Pablo Aceto, en su columna semanal del programa Punto de Partida, que conduce Rubén Ferrari, por la FM 101.9.
Sostuvo que “algunos le quieren bajar el precio a esto, diciendo que esta es una maniobra de Bolsonaro para las elecciones del año que viene contra Lula, pero no es así. Esta es una política que ya tiene sus años en Brasil, porque no mal vendió sus empresas energéticas y nunca extranjerizo sus productos primarios, siempre tuvo una política independiente
En tal sentido,fundamentó que “los países como Brasil tienen políticas de estado y tienen políticas claras en lo que es la defensa del interés nacional, un paradigma de eso es el Palacio de el Palacio Itamaraty. De hecho, el canciller Carlos Franca firmó el 11 de julio los acuerdos con Rusia para comprarle todo el gasoil que le pueda vender para destinarlo a sus industrias, pese a que enfrentaría por esta acción sanciones de parte de Estados Unidos”.
Subrayó, también que “esta política ya tiene sus años. En 2006, el mismo año de la segunda victoria como presidente de Lula, en el marco de las sesiones de la Asamblea General de la ONU, los cancilleres de Brasil, Rusia, India y China se reunieron por primera vez para comenzar a dar vida al BRIC”.
Asimismo, remarcó que “la deflación en Brasil no es producto de la política populista de un gobierno que se quiere sostener para las próximas elecciones, sino que es una política de largo plazo de Brasil y el Palacio de Itamaraty , es la institucionalización de las políticas exteriores de Brasil, no importa si está Lula o Bolsonaro o si gobierna Xuxa, Brasil es un país que maneja sus propios recursos y su propia política exterior a diferencia de un país como la Argentina, donde los embajadores extranjeros vienen a inspeccionar los yacimientos como sucede en Vaca Muerta
“Cuando algunos plantean políticas de hacer estallar el Banco Central o terminar con esto o con lo otro, en realidad lo que hay que hacer es terminar con las políticas que vienen del menemismo, donde todo se mal vendió y hoy estamos viendo las consecuencias de esas políticas y de que nadie haya querido cambiarlas, cuando la deflación de Brasil debería ser el espejo para la Argentina”, concluyó sentenciando.