Los alemanes pagarán un recargo de 2,419 céntimos por cada kilovatio hora de gas natural consumido para distribuir entre los usuarios el coste de sustituir el gas ruso por el de otros países. La cifra, anunciada este lunes por Trading Hub Europe (THE), la sociedad conjunta formada por las operadoras de gas, se aplicará a todos los consumidores finales. El pago se traduciría en un aumento de la factura anual de los hogares de unos 480 euros sin impuestos, en base a un cálculo para una familia de cuatro miembros.

“El objetivo es asegurar el suministro de gas tras la crisis energética alemana y europea provocada por el ataque ruso a Ucrania”, señaló en un comunicado el ministro de Economía, Robert Habeck. Con el recargo se quiere ayudar a los importadores, con Uniper a la cabeza como mayor operador, a hacer frente a los altísimos precios debido a la reducción de la oferta rusa, trasladando su aumento de costes a los clientes. El extra lo podrán cobrar a partir del 1 de octubre del 2022 y permanecerá vigente hasta abril del 2024. Las empresas decidirán si lo aplican o no. El grupo RWE, uno de los mayores del país, ha renunciado a hacerlo.

Alemania trataba de evitar que los consumidores pagaran por costes energéticos más altos, pero las incertidumbres sobre el suministro de gas, que se teme que Rusia pueda cortar definitivamente en cualquier momento, no dejan margen. Un incremento del coste podría llevar a los hogares a reducir el consumo, uno de los grandes objetivos de cara al invierno en los países más dependientes del flujo ruso.

El recargo llega con una inflación del 8,5%. El incremento en las facturas de los hogares presionará aún más este coste de vida. Según cálculos de Commerzbank, el recargo sobre el gas podría impulsar un punto los precios. Con este panorama, el Ejecutivo se ha comprometido a incrementar las ayudas a los hogares.

Berlín aún negocia con las autoridades comunitarias que el sobrecargo esté exento de pago del IVA, para evitar que la factura crezca aún más.