La diva tiene una deuda vinculada al impuesto sobre los Bienes Personales tras negarse a pagar $50 millones, correspondiente al año 2019.
A comienzos del año 2020, Susana Giménez había decidido viajar a Uruguay y refugiarse de la pandemia en su mansión en Punta del Este. “Pedí permiso para venir porque si no, no te dejan entrar. Tengo residencia porque tengo casas en Uruguay, tengo personal al que le tengo que pagar, perros, animales, acá también tengo impuestos”, intentó explicar.
Lo cierto es que Susana Giménez es residente uruguaya porque tiene varias propiedades. Pero, además, la conductora televisiva tiene la residencia fiscal en el país vecino: es decir, paga impuestos por sus bienes allí. En esa residencia estaba la clave de su viaje al país vecino en plena cuarentena, ya que una resolución de la AFIP (la 4236) estableció que si una persona pasa más de 90 días consecutivos en el país debe volver a pagar impuestos en la Argentina.
La explicación de La Su tenía sentido si se tiene que cuenta que la ley uruguaya indica que para no perder la residencia fiscal de ese país se deben pasar al menos 183 días en el país. De hecho, en 2019, el Tribunal en lo Contencioso Administrativo de Uruguay dictó por primera vez una sentencia vinculada a un caso de residencia fiscal con el objetivo de frenar esa práctica.
Con esa medida se buscó ponerle un tope a algo muy común entre los grandes contribuyentes argentinos (tal es el caso de Susana) que, teniendo en cuenta que las leyes uruguayas son más laxas, se radican allí para evitar pagar más impuestos. Antes de viajar, la conductora llevaba más de 70 días en la Argentina, por lo que se acercaba al límite de 90 días consecutivos que expresaba la resolución de la AFIP.
La cuestión fiscal no era menor para Susana y no hay que remontarse a la década de 1990, cuando protagonizó el escándalo por el auto Mercedes Benz importado que no había tributado impuestos y que finalmente fue rematado. Desde hace un par de años que la conductora de Telefé fue consultada por el plan del Gobierno para cobrar un “aporte solidario” de, por entonces, 1 por ciento a quienes tengan grandes fortunas y lo rechazó con una llamativa declaración. “No le creo nada a nadie, por única vez no existe, blanqueamos todo lo que teníamos que blanquear y pagamos el 10 por ciento. Muchos no lo blanquearon y los felicito”, disparó Susana.
Y agregaba: “A nosotros nos sacaron ese porcentaje… hay tantas cosas que están fuera de la ley”, remarcó. “Yo sé que hice bien, conozco gente que no blanqueó y no pasó nada. Acá no hay Justicia, no castigaron, no pasó nada, me siento una estúpida por haber blanqueado. Cumplí por la ley, pero si ahora te quieren sacar más por única vez… No sé qué haría, veo difícil que salga, es un país que nos ahoga con los impuestos, único país que paga bienes personales, anticipos, yo creía que era en todos los países. Es muy injusto”. Pero ese no fue su único reclamo, también se quejó del impuesto a la moneda extranjera también llamado dólar solidario.
Luego de que el presidente Alberto Fernández lanzara esta medida, Giménez disparó: “Por ahora lo del 30% me parece una locura. Acá todo el mundo está pagando en ‘cash’, con pesos uruguayos”, responde la conductora. Y enseguida completa: “Lo del 30% me parece un espanto. ¿Qué voy a opinar? Encima, con lo caro que está todo me parece que es injusto, es una medida injusta. ¿Le pusieron dólar solidario? Que pongan la guita de ellos si es solidario”.
En Uruguay, la diva millonaria goza de una serie de medidas como “vacación fiscal” de cinco años (aunque esto varía según el patrimonio y en el caso de Giménez no está vigente); y 12% de impuesto a la renta reducido por ganancias generadas por activos en el exterior. ¿Las grandes diferencias con los impuestos en Argentina? Susana no paga Impuesto al Patrimonio y el Impuesto a las Ganancias en Uruguay no tiene un mínimo no imponible tan alto.
En resumen, Giménez paga mucho menos en Uruguay que en Buenos Aires, el lugar donde se hizo millonaria y reconocida en toda Latinoamérica. En contraprestación, la diva tiene que generar ingresos en tierras charrúas. Por ese motivo, decidió protagonizar la obra Piel de Judas en el hotel Enjoy, ubicado en la Mansa de Punta del Este. La realidad era que Su no quería actuar. Pero tenía que hacerlo para no tributar y no le quedó otro camino.
Lo cierto es que, durante los últimos días de julio, la Justicia rechazó dos cautelares de la conductora que vive en Uruguay. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) inició un proceso administrativo de oficio. Luego de cruzar datos y documentos para constatar que la diva hubiera tributado correctamente su facturación, se llevaron una sorpresa. La Su había evadido impuestos. Tenía deudas por bienes en el exterior por los años 2019 y 2020.
Así fue que la AFIP le notificó de oficio que debía millones, un total de $250 millones para ser algo exactos. Según el expediente de la causa, firmado por el juez Walter Lara Correa, La Su tiene una deuda deI impuesto sobre los Bienes Personales que llega a $50.337.401,90 por el período fiscal 2019 y se le suman $34.600.375,10 por los intereses resarcitorios. En total, $84.937.777 que se transformaron en 250 millones. Algo así como 1.817.000 de dólares.
La diva se quejó con sus abogados y sus contadores y ejerció su derecho a defensa. El estudio jurídico que la representa presentó dos medidas cautelares ante la Justicia. En la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, la diva se niega a pagar la alícuota diferencial de la Ley de Bienes Personales.
Esa fue su estrategia de defensa. Pero la Justicia se lo negó. Por eso, Giménez apeló y presentó todos los documentos que demuestran que tiene en el exterior, una gran parte en acciones societarias en Singapur. La respuesta de la Justicia fue nuevamente negativa.
La AFIP la acusa del delito de “evasión tributaria”. Giménez buscaba frenar el proceso administrativo de oficio y la ejecución de cobro de la deuda, es decir que le cobren la totalidad. No lo logró.