El diputado nacional Máximo Kirchner criticó al jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, y al resto de los líderes de Juntos por el Cambio luego de los incidentes del fin de semana producidos en el barrio de Recoleta, frente a la casa de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
“Ellos están viendo quién mata al primer peronista, quién golpea al primer pibe o a la primera piba, quién saca chapa de cowboy y esas cosas terminan generalmente muy mal”, aseguró Kirchner en diálogo con El Destape radio.
“Terminan muy mal para las fuerzas de seguridad la dirigencia que juega a los cowboy, porque la dirigencia juega a los cowboy, la policía va y mata y el policía va preso y el dirigente, como ocurrió con De la Rúa, anda dando vueltas por todos lados”, agregó.
Para comprender el alcance de las palabras del legislador nacional, hay que retrotraerse a la madrugada del sábado, cuando el gobierno de la Ciudad instaló un vallado en las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner para evitar concentraciones que impidan la circulación habitual de los vecinos de la zona.
Esa medida generó la reacción de la militancia que apoya a la Vicepresidenta, que entendió el movimiento como una provocación del gobierno de Horacio de Rodríguez Larreta para impedir manifestaciones de apoyo a CFK luego del pedido de condena en su contra en el caso por la obra pública de Santa Cruz.
El kirchnerismo suspendió un acto que había convocado a Parque Lezama y se movilizó a Recoleta, lo que escaló el nivel de tensión. Hubo incidentes y enfrentamientos que terminaron con detenidos y 20 policías heridos. La situación se descomprimió luego de una reunión política convocada por la Justicia en donde se suscribió un acuerdo que incluía compromisos de ambas partes: la Policía debía retirar las vallas y la militancia evitar manifestaciones que compliquen la habitualidad de los vecinos del barrio.
De acuerdo al análisis de Kirchner, lo sucedido el fin de semana es producto de una “sobreactuación” que hay en Juntos por el Cambio para seducir a los votantes más duros. “En estas sobreactuaciones críticas que tuvieron su máxima expresión cuando fueron Gobierno, se desatan este tipo de situaciones que nadie desea”, dijo.
El líder de La Cámpora relató además el episodio personal que vivió con efectivos de la Policía de la Ciudad, que lo golpearon y lo insultaron cuando pretendía ingresar al domicilio de su mamá.
“No me pasó nada diferente a cuando he ido a la cancha o a los recitales a ver a los Redondos. En este caso sabían mi nombre. Me puse la capucha porque quería ir a ver a Cristina, que parece raro, pero no deja de ser mi vieja. Decidí hacerlo como cualquier hijo de vecino”, introdujo.
“El primer cordón más o menos, me pongo la capucha para que no me reconozca la gente que estaba ahí, era medio inentendible ese cordón, pero después hubo un par que se sacaron. No fueron todos tampoco”, continuó.
Y desarrolló: “Imaginate si el compañero que estaba en la esquina ve al que me insulta y me logra golpear. Termina mal eso, era un sinsentido. Éramos tres o cuatro y una piba que no sé de dónde salió que me agarraba de atrás y me decía “vamos compañero””.
“Después me enteré que Luana (Volnovich), no sé cómo me vio porque yo estaba camuflado para que los propios compañeros no formáramos un bulto, la idea era entrar lo más despacito posible para que nadie se viera zarpado. Y el tipo me empieza a insultar. Llego y producto un poco del gas pimienta, los compañeros me tiran un mejunje que es muy bueno porque pasa rápidamente el ardor. Cristina me ve, me pregunta qué pasó y le dije que nada. Era lo que había que hacer. Era muy menor lo mío con respecto a otra gente. No me gusta la cosa victimizante”, continuó.
Según puntualizó, quienes lo atacaron fueron los policías de “mayor edad”. Destacó además la labor de un efectivo que estaba vestido de bordó que fue muy gentil y se acercó a ayudarlo, pero no podía parar al resto de los efectivos. “No le daban bola los subalternos, fue el único con un comportamiento humano e inteligente”, analizó.