Murió a los 62 años el músico mendocino Horacio Eduardo “Marciano” Cantero Hernández, mítico cantante, bajista y líder de Los Enanitos Verdes, una de las bandas emblemáticas del rock argentino. Estaba internado desde finales de agosto, en la Clínica de Cuyo de la Ciudad de Mendoza.
El artista había ingresado días atrás por un dolor abdominal, que lo obligó a una internación. Los médicos le detectaron una “afección renal”. Su cuadro de salud se agravó el miércoles 7 de septiembre, tal como indicaron familiares.
Cantero es recordado por toda una generación por integrar Los Enanitos Verdes, uno de los grupos más importantes de la escena local y nacional. Su ritmo, sus canciones y su esencia recorren las venas de los mendocinos y de cada amante del rock. Sus otros dos compañeros eran Felipe Staiti y Jota Morelli (el fundador Daniel Piccolo estuvo en la banda hasta 2009).
Entre sus mayores éxitos se posicionan “La muralla verde”, “Te vi en un tren”, “Por el resto” y “Lamento boliviano” (originario de la también agrupación mendocina de rock Alcohol Etílico).
En particular, “Marciano” Cantero tuvo, desde el nacimiento del trío, una vida sin descanso. Tanto dentro como fuera de la formación (en 1989, se produjo la disolución temporal de Los Enanitos Verdes, pero retomó a los pocos años hasta mantenerse en la actualidad).
En su costado solista, el músico mendocino arrancó con el disco “Luna nueva”, que incluyó el hit “Todos esos momentos”. También participó en múltiples colaboraciones, tanto de rock como en otros géneros. En 2019, por ejemplo, combinó su talento con la onda urbana de Bad Bunny y J Balvin para el tema “Un peso”.
Recientemente, Cantero participó en la edición del libro “Semillero Sergio Embrioni”, una idea original de Mario Araniti, luego del parate obligado por la pandemia.
En el plano familiar, decidió casarse con Viviana, quien había sido su novia en la adolescencia y la musa inspiradora del recordado himno “Tus viejas cartas”. Tras 32 años sin verse, la pareja formalizó su vínculo, dejó México y se asentó en Mendoza.
En su última entrevista a Los Andes, publicada en noviembre de 2021, “Marciano” Cantero había anticipado sobre la nueva gira de Los Enanitos Verdes, programada para este año. También destacó su cambio de vida tras retornar de México, donde residió hasta hace algunos años.
“Ahora me estoy dedicando a mi jardín y a hacer vida doméstica que casi nunca había tenido, mejoró mi sueño, empecé a hacer gimnasia, cambié mi dieta, dejé de comer harinas, probé dos semanas y me fue bárbaro, así que seguí. También estuve trabajando de carpintero, haciendo los paneles acústicos de la sala donde trabajo, me mantuve activo en otras cosas”, dijo.
EL RECORRIDO DE LOS ENANITOS VERDES
Marciano Cantero, Felipe Staiti y Daniel Piccolo comenzaron con presentaciones en diferentes pubs, pasando luego a pequeños teatros no solo de Mendoza sino también de las vecinas provincias, convirtiéndose en poco tiempo en la banda más popular y requerida de Cuyo.
A principios de 1983 viajaron a Buenos Aires a probar suerte, presentándose en pubs y bares. En 1984, el trío fue invitado a participar en el “Festival de La Falda”. Ese año fue elegido “Grupo revelación” del festival, siendo aclamado por todo el público y la prensa especializada.
Después del festival, los músicos viajaron a Buenos Aires junto a Sergio Embrioni como músico invitado y grabaron para el sello independiente Mordisco su primer LP, “Los Enanitos Verdes”. Este primer álbum incluía el tema “Aún sigo cantando”, que hizo estragos en las radios capitalinas convirtiéndose rápidamente en un “clásico” del rock argentino.
En 1986 editaron su segundo LP, “Contrarreloj”. Con temas como “Simulacro de tensión”, “Tus viejas cartas” y “La muralla verde” comenzaron a extender su popularidad a todo el territorio argentino y a sonar en las radios de los países vecinos.
En 1987, Ohanian Producciones encaró el desarrollo de la banda en el exterior del país. Los artistas grabaron su segundo álbum, “Habitaciones extrañas”, con temas como “Por el resto de tus días” y “Te vi en un tren”.
En 1988, el grupo cumplió uno de sus hitos: el festival de Viña del Mar. Se hicieron acreedores de dos “Antorchas de Plata”. Sus siguientes discos se editaron en toda América Latina, realizando así su primera gira mundial, algo que luego se convirtió en habitual ante la demanda de los fanáticos.
En el último año, la banda seguía activa con distintas presentaciones tanto en Argentina como en otros países de Latinoamérica y Estados Unidos.